sábado, 18 de agosto de 2007

Werther y el lenguaje del enamorado

Goethe dijo a propósito de Werther que había logrado convertir la realidad en poesía. Al parecer, atormentado por un amor contrariado, desembarcó sus angustias en ésta obra y sintió un gran alivio. El discurso que porta su personaje podría verse hoy como anticuado, sin embargo posee una romántica belleza y los sentimientos que expresan sus cartas en nada se distancian con los que experimenta un enamorado de cualquier época. (En todo caso, la supuesta distancia pareciera estar dada por un aspecto sociológico de nuestros tiempos, que tienden al individualismo y a la desaparición de los enamorados, entre otras tristes desapariciones). “Las desventuras del joven Werther” es el material más citado por Roland Barthes en su libro “Fragmentos de un discurso amoroso” en el que dice que Werther es puro discurso del sujeto amoroso.
Un poco de Goethe y un poco de Barthes unidos, arbitrariamente, por la palabra “corazón”, arcaísmo para nuestra modernidad líquida.
De las cartas enviadas por el desdichado Werther a su amigo Wilheim: 10 de septiembre ¡Qué noche; que noche tan horrible he tenido! Ahora tengo valor para tolerar todo. No la veré más. ¡Oh! ¡Si yo pudiera, mi Wilheim, expresarte con mis lágrimas los sentimientos que trastornan y oprimen mi corazón! 09 de mayo ...mi corazón, este corazón, única cosa que me enorgullece, única fuente de fuerza, de felicidad y de infortunio. ¡Ah! Lo que yo sé cualquiera lo puede saber; pero mi corazón sólo lo tengo yo. 18 de julio ¿Adónde deseo ir? Te lo diré con confianza. Estaré aquí unos 15 días y luego haré creer que deseo visitar las ruinas de ***, aunque en realidad no hay nada de ello; sólo quiero acercarme a Lota, ésa es la verdad. Me río de mi propio corazón y al fin concluyo por hacer lo que él quiere. 19 de octubre ¡Ay de mí! ¡Este vacío, horrible vacío que siente mi corazón! Muchas veces me digo: “Si pudiera tan sólo un momento estrecharla contra mi pecho, todo este vacío quedaría cubierto”. 21 de noviembre Lota no ve ni sabe que prepara un veneno mortal para los dos y yo apuro con fuerza la copa fatal que me ofrece. ¿Qué significa el aire de bondad con que a menudo me mira? A menudo, ¡no!; algunas veces. ¿Por qué se muestra complacida al notar el efecto que su vista me provoca a pesar mío? ¿Qué causa reconoce la compasión que revela con los ojos? Ayer, cuando me iba, me alargó la mano y dijo: -Buenas noches, querido Werther. ¡Querido Werther! Es la primera vez que me llama así y hasta en lo más profundo de mi ser he sentido una dicha indecible. Más de cien veces he repetido estas palabras y por la noche, al ir a la cama, en medio de la charla tumultuosa que tengo conmigo mismo, me dije de repente: “¡Buenas noches, querido Werther!” Y enseguida me eché a reír de mí mismo.
De Roland Barthes en sus fragmentos... CORAZÓN. Esta palabra vale para toda clase de movimientos y deseos, pero lo que es constante es que el corazón se constituya en objeto de donación, aunque sea mal apreciado o rechazado. 1.El corazón es el órgano del deseo (puede henchirse, desfallecer, etc., como el sexo), tal como es conservado, encantado, en el campo de lo Imaginario. 2.Werther se queja del príncipe “El aprecia mi espíritu y mi talento más que este corazón, que sin embargo es mi único orgullo... ¡Ah!, lo que yo sé cualquier otro puede saberlo; mi corazón, soy el único que lo tengo.” Me esperas allí donde no voy a ir: me amas allí donde no estoy. O más aún: el mundo y yo no nos interesamos en la misma cosa; y, para mi desgracia, esta cosa dividida soy yo; yo no me intereso (dice Werther) en mi espíritu; él no se interesa en mi corazón. 3.El corazón es eso que yo creo dar. Cada vez que esta donación me es devuelta sería poco decir, como Werther, que el corazón es lo que resta de mí, una vez despojado de todo el espíritu que se me presta y que no quiero: el corazón es lo que me queda, y este corazón que me queda sobre el corazón es el corazón oprimido: oprimido por el reflejo que lo ha colmado de sí mismo (sólo los enamorados y el niño tienen el corazón oprimido).

3 comentarios:

antiprímula dijo...

Parece que he nacido en la época equivocada.

El perseguidor dijo...

Ese post es excelente... y la obra de Werther es particularmente irrepetible...

Un abrazo y espero seguir viendo post de este nivel...

Saludos!!!

antiprímula dijo...

Gracias, perseguidor, es un halago para este post y para su insolente fusión. Más aún partiendo de alguien tan interesado en la sociología.
Mis saludos a quien corresponda.