jueves, 30 de octubre de 2008

la clave del éxito

No morir en el intento ni tampoco en la espera. ***. (Los que no intenten, que se retiren, y no hagan número en vano).

domingo, 26 de octubre de 2008

La estación

Cuando todos estén dormidos .
así como mi amante muerta, .
quitaré la tranca puerta .
y saldré a la noche sin ruido.
El gendarme ya se habrá ido .
y nadie me pedirá cuenta .
del hermoso tiempo perdido.
Indicará la hora suprema .
el señalero enloquecido .
una luz verde, una luz roja, .
-quien guíe el tren será el Destino.
Cuando todos estén dormidos .
y se amen las ratas fugaces, .
habré partido, habré partido. .
Raúl González Tuñón
Hay que ser muy valiente para asumir el amor, el deseo, la sexualidad y sus posibles frustraciones.

lunes, 20 de octubre de 2008

leí...

"¿No somos, acaso, las primeras víctimas de nuestros actos? ¿Y qué otra cosa hacemos, al juzgarlos con severidad, sino salir en nuestra defensa? De ahí que haya siempre algo irrisorio en un hombre que pide perdón. Sólo a él le incumbe perdonarse, y el perdón es subsiguiente a esa mirada escrutadora que mide, paso a paso, la distancia que ha debido franquear hasta cometer el hecho que se le imputa".
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"Una persona puede sentirse triste por motivos tan inexistentes como ella misma: eso no basta para concederle nuestro interés".
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"He notado que los melómanos sufren mucho. Se pasan la vida saturándose de impresiones que sólo pueden definir por el vago placer que les producen, y están siempre al borde de la tristeza, oscilando entre el éxtasis y el hastío".
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de Las Ratas, José Bianco.

domingo, 19 de octubre de 2008

navajas otra vez

Me creía salvada: error.
Un solo dato me renovó la certeza amansada de saber que no quiero estar lejos de él.
Un viaje. Corto es verdad, pero la irrefutable realidad de los kilómetros de distancia me hicieron temblar.
Domingo, la hora de la navaja, los hermosos malditos paraísos en flor y el pianista subiendo a un avión que se lleva sin pasaje mi alma.

domingo, 12 de octubre de 2008

César Rito Salinas

Palabras Encuentro mi palabra cuando avisto los lindes de mi existencia. Encuentro mi voz cuando las enfermedades me rondan. Entre arribos y escapes de los hospitales, cuando tengo más cercano a mi persona dolorida las palabras del médico, mi palabra. Cuando llegaron ya las recomendaciones que me hacen los que me quieren para que cuide los niveles de glucosa en mi sangre, los tan temidos triglicéridos, mi palabra. Tengo presente aún la voz de mi madre, dichas allá en aquellas soledades de arena y mar en que habitamos hace tanto tiempo, cuando me cuestionó para saber qué es lo que haría con mi vida: “Escribir”, le respondí sin pensar, por decir algo, para salir del paso. Ella regresó una tarde después de hacer las compras de la semana con un objeto nuevo, desconocido hasta entonces en nuestra casa: una máquina de escribir. Blanca, bella, portátil la máquina de fijar palabras. Memoricé ese teclado negro de donde se podían obtener todas las palabras. Sumé palabras, en busca de mi palabra. Pero, ¿qué decir en medio del gran océano de la palabra humana? ¿Qué decir ante lo ya tan bien dicho por otros? ¿Quién soy yo para levantar mi palabra? Pasó el tiempo. Me sumé a la fila de los buenos para nada, al grupo de los hambrientos de alcohol y calles. Tuve amores, pesares, amigos. Cuando caí, la palabra de otros, me levantó. Una madrugada, después de horas de borrachera y frío, descubrí mi palabra. Allí estaba, tan dolorida como mi malograda persona. Un sonido que se hacía escuchar a media calle. No era más que lo que era mi cuerpo abandonado. Mi madre hace algún tiempo murió. Luego llegaron puntuales a mi vida otras desgracias. Las palabras me levantaron de esos golpes. Aprendí a querer la generosidad necesaria para sobrevivir en la voz de otros, en las letras de otros. De ese cariño solidario que me entregaba gente que nunca conocí, brotó mi palabra. Esta mi palabra, que dice de navíos, capitanes de la mar, el mar. Esta palabra mía, humilde, abandonada, que la entrego gustoso a la memoria de mis muertos.
***.
La dragamina Mi novia terminaba sus quehaceres y venía al morro a mirar el mar. Así todas las tardes, desde el primer día que llegó a Cedros. Un lunes me encontró metido entre la línea de flotación y el chinchorro, una pena yo, ni el mar me quería. No llevaba más que mis pantalones cortos llenos de anzuelos y mi aguja de remendar. Saludó mi marinería con la mano junto a su rostro y yo saludé la pañoleta roja de sus cabellos. Conmigo conoció nuestra calle. Caminamos juntos frente a los aparadores de las tiendas, vimos los electrodomésticos, las salas para el hogar. Conocí su cuarto, su callejón. Vinieron las temperaturas altas, las temperaturas bajas. Yo andaba pegado a ella y a mi aguja de remendar. Pero un día me dijo adiós. Me voy, dijo. Gracias, repetía frente a mi cara. Gracias, frente a mis manos que no pudieron retenerla. Gracias, junto a mi cuerpo solo. Se fue. Hasta luego, muchas gracias. Agarró sus cosas, una bolsa de dormir, sus vestidos, su pañoleta roja, el cepillo para sus cabellos. Me dejó la cabeza llena de estufas, televisores, una cama. Un día llegó la dragamina, ella se fue con un oficial de cubierta. Por algún puerto la podrán ver, tiene los dientes parejos, la cara redonda y la planta de sus pies busca siempre meterse en la arena húmeda, tibia.

viernes, 10 de octubre de 2008

En defensa del teatro independiente

ARTEI Asociación Argentina del Teatro Independiente..
***
*** Como resultado de la reunión extraordinaria convocada por ARTEI, hoy jueves 9/10, con motivo de la clausura arbitraria del Teatro “Silencio de Negras” por la impericia de los funcionarios públicos dependientes de la DGFIC se resuelve: En caso de no levantarse la clausura hasta el viernes 10/10 a las 18 hs, se procederá a cerrar todas las salas de ARTEI el sábado 11/10, haciendo extensiva esta invitación a la totalidad de las salas de la comunidad teatral. Recordamos que dicha medida opera en consecuencia con la cláusula solidaria acordada en anteriores asambleas de ARTEI. Invitamos a toda la Comunidad Teatral a sumarse a esta medida. Desde ya, muchas gracias ARTEI, Asociación Argentina Del Teatro Independiente.
****.
** Las salas que integran ARTEI: Actor S Studio - Andamio 90 - Anfitrión - Apacheta - Abasto Social Club - Beckett Teatro - Belisario- Boedo XXI - Cara a Cara - Centro Cultural Raices- Circuito Cultural Barracas - Crisol Teatro- Corrientes Azul - Del Pasillo - Del Pueblo - Fundacion Teatro Del Sur - De la Fabula - Del Borde - El Astrolabio - Entretelones- Espacio Abierto- El Buho - El Celcit - El Excentrico de la 18- El Fino - El Colonial - Elkafka 'Espacio Teatral'- El Portón de Sánchez - El Camarin de las Musas - El Piccolino - Espacio Callejon - Espacio Aguirre - Espacio Ecléctico - IFT - Korinthio Teatro - La Carbonera- La Otra Orilla - La Scala De San Telmo - La Galera - La Rancheria - La Ratonera - Madera De Sueños - ½ Mundo - Noavestruz- Patio de Actores - Payro - Teatro de Flores - UPB - Timbre 4 - La Tertulia - Sportivo Teatral - Vera a Vera teatro- Silencio de negras-Huella Club de arte- Teatro Orfeo- Pan y Arte- La Maravillosa- La Mascara - Teatro El Duende- Teatro Empire-El Cubo-Fuga Cabrera- El Vitral-Teatro Ciego-Fraymocho- El Espion.
*** Para comunicarse con ARTEI: Secretaria: Julieta Alfonso. Tel : 15-30611000. Fax: 4981-5167. Domicilio legal: Teatro 'Del Pasillo' (Colombres 35). artei2@yahoo.com.ar arteiteatros@hotmail.com arteiteatros@fibertel.com.ar

Informe del cielo y el infierno

A ejemplo de las grandes casa de remate, el Cielo y el Infierno contienen en sus galerías hacinamientos de objetos que no asombrarán a nadie, porque son los que hay en las casas del mundo. Pero no es bastante claro hablar sólo de objetos: en esas galerías también hay ciudades, pueblos, jardines, montañas, valles, soles, lunas, vientos, mares, estrellas, reflejos, temperaturas, sabores, perfumes, sonidos, pues toda suerte de sensaciones y de espectáculos nos depara la eternidad. Si el viento ruge, para ti, como un tigre y la paloma angelical tiene, al mirar, ojos de hiena, si el hombre acicalado que cruza por la calle, está vestido de andrajos lascivos; si la rosa con títulos honoríficos, que te regalan, es un trapo desteñido y menos interesante que un gorrión; si la cara de tu mujer es un leño descascarado y furioso: tus ojos y no Dios, los creó así. Cuando mueras, los demonios y los ángeles, que son parejamente ávidos, sabiendo que estás adormecido, un poco en este mundo y un poco en cualquier otro, llegarán disfrazados a tu lecho y, acariciando tu cabeza, te darán a elegir las cosas que preferiste a lo largo de tu vida. En una suerte de muestrario, al principio, te enseñarán las cosas elementales. Si te enseñan el sol, la luna o las estrellas, los verás en una esfera de cristal pintada, y creerás que esa esfera de cristal es el mundo; si te muestran el mar o las montañas, los verás en una piedra y creerás que esa piedra es el mar y las montañas; si te muestran un caballo, será una miniatura, pero creerás que ese caballo es un verdadero caballo. Los ángeles y los demonios distraerán tu ánimo con retratos de flores, de frutas abrillantadas y de bombones; haciéndote creer que eres todavía niño, te sentarán en una silla de manos, llamada también silla de reina o sillita de oro, y de ese modo te llevarán, con las manos entrelazadas, por aquellos corredores al centro de tu vida, donde moran tus preferencias. Ten cuidado. Si eliges más cosas del Infierno que del Cielo, irás tal vez al Cielo; de lo contrario, si eliges más cosas del Cielo que del Infierno, corres el riesgo de ir al Infierno, pues tu amor a las cosas celestiales denotará mera concupiscencia. Las leyes del Cielo y del Infierno son versátiles. Que vayas a un lugar o a otro depende de un ínfimo detalle. Conozco personas que por una llave rota o una jaula de mimbre fueron al Infierno y otras que por un papel de diario o una taza de leche, al Cielo.
***.
de La Furia, Silvina Ocampo.

jueves, 9 de octubre de 2008

un clásico

-Esa de negro que sonríe desde la pequeña ventana del tranvía se asemeja a Mme. Lamort -dijo. 
-No es posible, pues en París no hay tranvías. Además, esa de negro del tranvía en nada se asemeja a Mme. Lamort. Todo lo contrario: es Mme. Lamort quien se asemeja a esa de negro.. Resumiendo: no solo no hay tranvías en París sino que nunca en mi vida he visto a Mme. Lamort, ni siquiera en retrato. 
-Usted coincide conmigo -dijo-, porque tampoco yo conozco a Mme. Lamort. 
-Quién es usted? Deberíamos presentarnos..  

-Mme. Lamort -dijo-. Y usted?
-Mme. Lamort.
-Su nombre no deja de recordarme algo -dijo. 

-Trate de recordar antes de que llegue el tranvía. 
-Pero si acaba de decir que no hay tranvías en París -dijo.
-No los había cuando lo dije, pero nunca se sabe que va a pasar. 
-Entonces esperémoslo puesto que lo estamos esperando.
Alejandra Pizarnik