martes, 27 de mayo de 2008

tres de TRES

"A medio hacer, ni crudos ni cocidos, bipolares capaces de cabalgar el huracán".
"El paraíso, por momentos, aparece en la concepción general del caleidoscopio. Una estructura vertical llena de manchas grises. Si cierro los ojos, bailarán dentro de mi cabeza los reflejos de los cascos, el temblor de una llanura de lanzas, aquello que tú llamabas el azabache. También, si quito los efectos dramáticos, me veré a mí mismo caminando por la plaza de los cines en dirección al correo, en donde no encontraré ninguna carta".
"Soñé que Baudelaire hacía el amor con una sombra en una habitación donde se había cometido un crimen. Pero a Baudelaire no le importaba. Siempre es lo mismo, decía".
Roberto Bolaño

En frente - Presentación de libro

Primer premio en género Poesía Concurso literario 2007 de la Intendencia Municipal de Montevideo Editado por Trilce. Viernes 30 de Mayo, 19:00 hs. Sala Constitución, Cabildo de Montevideo Juan Carlos Gómez 1326 Entrada libre Presentadores: Rafael Courtoisie, Melisa Machado, Salvador Puig. Performers: José Manuel Barrios, Sofía Espinosa, Jimena Etchandy, Florencia Fielitz, Alejandro Keller, Micaela Larriera, Leandro Vieira. Músicos: Vladimir Guicheff Bogacz, Juan Martín López, Marcelo Rilla. Ambientación e iluminación: Sofía Arocena.

Charly García - Influencia

sábado, 24 de mayo de 2008

En las alturas

Me despierto desconsolado, me duermo desconsolado, siempre es lo mismo. Sigo mi camino, mi camino interminable, me he marchado para seguir mi camino interminable, mi camino interminable me convencerá de su interminabilidad. Me esfuerzo por llegar lejos, tengo siempre la distancia y las alturas más altas delante, pero lo cercano me extinguirá, el abismo me extinguirá, víctima de las distancias sin límites, víctima de las proximidades sin límites. Esos locos pensamientos sobre las vidas en común, esos locos pensamientos sobre las infinitudes, y sin embargo es un crimen empezar algo siquiera, todo es mentira, toda coma es mentira, todo es sólo una horrible charlatanería, una insignificancia, una humillación para mí. Me he precipitado en un estado de ánimo insoportable, me he extraviado con todas mis facultades, he caído, extraviándome, en un estado lastimoso, en el más bajo de todos los estados.
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Thomas Bernhard

jueves, 22 de mayo de 2008

mein gott

Papá B me dió en un sobre color madera, sin saber del latido de mi corazón de hoy, "El secreto del mal" de Roberto Bolaño y "La plenitud de la vida" de Simone de Beauvoir.
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COLAPSADA. AGAIN.

martes, 20 de mayo de 2008

de las infinitas e insospechadas formas del amor

Lo que sigue son algunos fragmentos de cartas escritas por Simone de Beauvoir en las que hace referencia a su larga historia de amor con Sartre (quien la llamaba mon petit castor):
"Una gran suerte acaba de dárseme. Bruscamente, ya no estaba sola. Hasta entonces, los hombres que me habían interesado eran de una especie diferente a la mía. Me era imposible comunicarme con ellos sin reserva. Sartre respondía exactamente a mi voto de los quince años: era el doble en quien reencontraba, llevadas a la incandescencia, todas mis manías. Con él, podría simplemente compartirlo todo. Cuando lo conocí, supe que nunca más saldría de mi vida”...
"Él no tenía vocación de la monogamia; se complacía en compañía de las mujeres, que le parecían menos absurdas que los hombres; no pensaba, a los veintitrés años, renunciar para siempre a su seductora diversidad"...
“Revisamos nuestro pacto y abandonamos la idea de un contrato entre nosotros. Nuestra unión se había estrechado y hecho más exigente que en un principio; podía admitir breves separaciones, pero no largos viajes en solitario. No nos juramos fidelidad, pero nos sabíamos el ser más importante para el otro”...
“Éramos de la misma especie, y nuestra unión duraría tanto como nosotros”...
“Ha habido en mi vida un triunfo seguro: mi relación con Sartre. En más de treinta años, sólo una noche nos hemos dormido desunidos. Este largo gemelazo no ha atenuado el interés que prestamos a nuestras conversaciones… la desgracia es la única cosa nueva e importante que puede sucederme. O veré a Sartre muerto, o moriré antes que él. Es atroz no estar cerca de alguien para consolarlo de la pena que le causamos abandonándolo; es atroz que alguien nos abandone y calle”...
“Su muerte nos separa. Mi muerte nos volverá a reunir. Mejor así: ya es hermoso que nuestras vidas hayan encajado durante tanto tiempo”...
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Fórmula de la coproducción: De Lovely+el comentario de Mxi en el post anterior .

lunes, 19 de mayo de 2008

(volver a casa)

"Aquí estoy, aplastado sobre una silla, hundido hasta el cuello en mi propia vida y sin creer en nada. Estoy aquí, me asqueo, siento el viejo sabor de sangre y de agua ferruginosa, mi sabor, yo soy mi propio sabor, yo existo. Existir es eso; beberse sin sed. Treinta y cuatro años. Treinta y cuatro años paladéandome, y estoy viejo".
***.
La edad de la razón, Los caminos de la libertad, Jean Paul Sartre.

domingo, 18 de mayo de 2008

"Si vas a decir lo que quieres, también vas a oír lo que no quieres".
*** . ***. Tres de Roberto Bolaño usa de prefacio esta cita de Alceo de Mitilene. (P me regaló este libro con motivo del estreno de nuestro trabajo compartido, leo su cálida dedicatoria y la definitiva advertencia del prólogo, gracias). .
*** ***.

jueves, 15 de mayo de 2008

miércoles, 7 de mayo de 2008

Hope There's Someone

Dice que espera que haya alguien que cuide de él cuando muera, cuando se vaya. Dice que espera que haya alguien que libere su corazón y que lo abrace cuando sepa estar cansado. Dice que hay un fantasma en el horizonte… Dice que hay un hombre en el horizonte… Y si ese hombre cayera a sus pies esta noche él podría descansar. Dice que espera que haya alguien que cuide de él cuando muera, cuando se vaya.

jueves, 1 de mayo de 2008

Un ser venido de otra parte

Gombrowicz hizo algunos intentos para personalizar a la naturaleza, pero este camino hacia la humanización de lo que no es humano se le agotaba en una vacuidad que le producía pereza y aversión. La descripción que hace de un crepúsculo estaba acompañada por el pensamiento de que la naturaleza ya no era para nosotros armonía y sosiego como lo había sido antes cuando el hombre se sentía como una partícula proporcionada de ella. Se siente sumergido. "(...) en el no-ser, seguro de ser un demonio, un anti-caballo, un anti-árbol, una anti-naturaleza, un ser venido de otra parte, un extraño, un intruso, un forastero. Un fenómeno no de este mundo. Del otro. Del mundo humano" La descripción que hace de ese crepúsculo que contempla regresando de un paseo a la casa de Jankowski es una de las más altas cumbres artísticas que alcanza en los diarios, yo me voy a acercar a este pasaje de una belleza sin par en el que se describe un momento de la naturaleza, por el lado de la forma ya que Gombrowicz lo hizo por el lado de la naturaleza. Para darle una apariencia filosófica a estas reflexiones podemos decir que forma es para Aristóteles aquello que determina a la materia por lo cual algo es lo que es. En una mesa de madera la madera es la materia con la que está hecha la mesa y el modelo que ha seguido el carpintero es su forma. La relación entre la materia y la forma nos permite entender cómo están compuestas las cosas. Para intentar una aproximación entre las nociones del griego y del polaco vamos a decir que en el lenguaje de Gombrowicz la materia es la inmadurez y la forma es la forma. Pero la forma a la que se refiere Gombrowicz es siempre la forma humana en su acepción de máscara que oculta algo y que deforma el yo, un yo que sólo puede definirse por el dolor que le produce una deformación que lo aproxima a lo que no es y nunca a lo que es, es decir, nos las estamos viendo con un carpintero diabólico. La forma es, por un lado, la representación de ideas, valores, ideologías y creencias que le fueron impuestos durante siglos a la humanidad, y por otro, la manera particular con la que cada hombre los actúa como sustancias inmanejables que le vienen dadas desde el subconsciente, desde la herencia y desde mecanismos de asociación que no están presentes en su conciencia. Para representar a Polonia Gombrowicz recurría al fango, a los pies descalzos y a los abrigos de piel de cordero, en cambio, para representar a la Argentina recurría a las vacas y a unos oligarcas orgullosos asentados en sus enormes territorios, por eso decía que no siendo un campeón Shorton no podía aspirar a un premio en este país. Vamos a ver entonces qué le pasaba con las vacas. Paseando por un avenida arbolada de la estancia "La Cabaña" en Necochea, detrás de un árbol se le apareció una vaca. Quizá el hecho que lo obligó a realizar indagaciones sobre este encuentro fue que la vaca lo miró, mejor dicho, que le permitió a la vaca que lo mirara, y si bien es cierto que no podía sacar las consecuencias drásticas que saca Sartre de la mirada, se sintió tenso y con una vergüenza de hombre frente al animal. Continuó el paseo pero se sentía incómodo, como si toda la naturaleza lo estuviera asediando mientras lo contemplaba. La primera idea que le pasó por la cabeza para resolver esta oposición entre su humanidad y la naturaleza fue la de que el hombre es no natural, es antinatural, pero resulta que Gombrowicz tenía la tendencia a establecer contacto con lo inferior. Si en el mundo humano pone al descubierto la dependencia que tiene la conciencia superior de la inferior, si recorre el camino descendente de la madurez a la inmadurez yendo contra la corriente, entonces, ¿por qué no seguir descendiendo hasta el fondo en la escala de las especies? Y cuando pareciera que empieza a seguir los pasos de San Francisco de Asís, de pronto se detiene bruscamente. Mirar, contemplar y comprender la naturaleza es una cosa, pero dejarla aproximar como algo igual a nosotros porque la comunidad de la vida nos engloba, tutearla, es demasiado, regresa rápidamente a su casa humana y cierra la puerta con doble llave. La negativa a reconocer la humanidad de una vaca, es decir, de la naturaleza, una negativa que se le traduce en fatiga y aburrimiento a partir del momento en que intenta reconocer a esa vida inferior en un pie de igualdad, vendría a ser una de las características principales de la humanidad de Gombrowicz. Y esta negativa a reconocer la humanidad de la naturaleza lo lleva al caballo. El hombre a caballo es una cosa estrafalaria, una ridiculez y una ofensa a la estética. Los animales no nacen para cargar sobre sí a otros animales. Un hombre sobre un caballo es tan absurdo como una rata sobre un gallo o un mono sobre una vaca, es una perturbación del orden natural a pesar de que el arte le rinde homenaje a este convencionalismo en las estatuas y en la pintura. El jinete da brincos sobre la bestia con las piernas despatarradas en un animal torpe y estúpido, corre montado a la velocidad de una bicicleta y repite vez tras vez el salto de un obstáculo en una bestia que no sirve para saltar. Los placeres de las cabalgatas provienen del atavismo pues en otros tiempos el caballo era realmente útil y enaltecía al hombre. Un hombre a caballo dominaba a los demás, el caballo era la riqueza, la fuerza y el orgullo del jinete. De esos tiempos nos quedó el culto de la equitación y la adoración por un cuadrúpedo anacrónico. "Mi monstruoso sacrilegio resonaba salvajemente de un extremo a otro del horizonte. El dueño y criador de sesenta yeguas de raza me miraba con condescendencia" Estas reflexiones sobre los jinetes las hace después de haberse despachado con unas cuantas mentiras en los diarios anteriores en los que habla de una yegua que le había caído bien. Galopaba en los pastos, saltaba los obstáculos y devoraba las cercas, el animal era de pura sangre pero de reflejos amanerados. Gombrowicz cuenta que le daba garbo con la cuerda, saltando vallados, y con trote tranquilo al lado de las dos hijas del dueño de la estancia. "Mentira, mentira... A pie soy diferente que a caballo, a caballo diferente que a pie. Los caballos mienten a la moral, la moral a los caballos, yo a los caballos, a la moral y a las chicas. Un repentino relajamiento. Frivolidad. ¿Quién soy? ¿Acaso soy realmente? A veces soy esto, a veces aquello..." Yo creo que fueron los mocosos de labranza y los caballos los que le azuzaron desde muy joven su complejo de inferioridad y su odio a la naturaleza. Esos muchachos eran de su edad, hijos de los mozos de cuadra a los que él organizaba y comandaba. Sin embargo, ellos se sentían más cómodos a caballo y cabalgaban con más soltura, trepaban mejor a los árboles y corrían más rápido que Gombrowicz.
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Circular del 1ro. de mayo para los miembros del club GOMBROWICZIDAS.
Click AQUÍ y un fragmento de Diarios al que la circular alude.