jueves, 1 de noviembre de 2007

a propósito del Duelo - Barthes

Cada tanto vuelvo a "Fragmentos de un discurso amoroso", de Roland Barthes. Siempre le encuentro algo distinto. Siempre me ayuda a pensar. Es como una especie de I ching occidental.

Mi tristeza pertenece a esa franja de la melancolía en que la pérdida del ser amado permanece abstracta. Carencia redoblada: no puedo siquiera investir mi desdicha, como en el tiempo en que sufría por estar enamorado. En ese tiempo deseaba, soñaba, luchaba; un bien estaba ante mí, simplemente retardado, atravesado por contratiempos. Ahora ya no hay resonancias; todo es calmo, y es peor. Aunque justificado por una economía -la imágen muere para que yo viva-, el duelo amoroso tiene siempre un remanente: una expresión regresa sin cesar: "¡Qué lástima!"

7 comentarios:

Livio dijo...

Pero que buen texto!
Paso de hacer chistes esta vez.

wojaczek dijo...

quel dommage! je ne peux dire avec des paroles la absence des certaines corps, tu sais, ça y est!

antiprímula dijo...

L: sí... quita ganas de hacer chistes ¿no?
W: je le sais. quelle pitié! (lo sé. qué lástima!)

Anónimo dijo...

Más qué lástima, creo que más lastima (Cambiando el acento de lugar) Podría ser un chiste, pero siempre termina hablando de lo mismo. Duele.

antiprímula dijo...

mxi: mmm... msé

alotropico dijo...

En el recuerdo que hice de ella, la primera persona que amé me probó que las que vinieron después tienen una semejanza con ella, exceso de información desnuda que permite inducir, anticipar los encuentros, los quiebres, el olvido. Pero después nada es como se anticipaba, en algún momento la voluntad se concentra fascinada y se abre hasta hacer posibles los encantamientos, que en algún lugar aparecen, nos quebramos en las partes más sólidas, nos encontramos en las olvidadas, y al fin olvidamos, entonces es ella esta vez la primera que me prueba que es la última. A veces es sobre todo cuestión de tiempo.

No tengan miedo; no sean holgazanes.

antiprímula dijo...

Está bueno Alo lo que escribís, es bastante cierto. Sólo creo que tal vez las edades de uno van haciéndonos mudar tristemente de pareceres. Y sé que no es holgazanería, es tal vez, como también decis, cuestión de tiempo.
Gracias por comentar.