-Esa de negro que sonríe desde la pequeña ventana del tranvía se asemeja a Mme. Lamort -dijo.
-No es posible, pues en París no hay tranvías. Además, esa de negro del tranvía en nada se asemeja a Mme. Lamort. Todo lo contrario: es Mme. Lamort quien se asemeja a esa de negro..
Resumiendo: no solo no hay tranvías en París sino que nunca en mi vida he visto a Mme. Lamort, ni siquiera en retrato.
-Usted coincide conmigo -dijo-, porque tampoco yo conozco a Mme. Lamort.
-Quién es usted? Deberíamos presentarnos..
-Su nombre no deja de recordarme algo -dijo.
-Entonces esperémoslo puesto que lo estamos esperando..
*
Alejandra Pizarnik
2 comentarios:
esperemos juntos el tranvia, entonces...
De acuerdo, Angie. Nunca se sabe qué va a pasar. Saludos.
Publicar un comentario