domingo, 6 de julio de 2008

navajas II

No voy a hablarte nunca más de amor.
Hablaremos del perfume de las azucenas, de los novios idos y venideros, de Hebe Uhart, de Schumann o Nina Hagen, de la luz de las siete de la tarde, de la soledad de la noche, del miedo a la oscuridad, del miedo a los resultados del exámen médico, del miedo a uno mismo, del miedo innombrable, de la frondosidad de ciertos árboles, de nuestras madres, de la edad que empieza a pesarnos, de la exportación de soja, de lo lindo que es para vos el sur y para mí el norte, de la angustia que nos mastica algunos días. Hablaré de muchas cosas, pero nunca más de amor. Diré ramo, mora, Roma, armo, Omar... No es poco, después de todo. Hablaremos.
Aquella misma navaja hoy corta mi lengua.

7 comentarios:

CONILANDIA dijo...

Y si el amor no es amor?
Si es un juego de espectativas siniestras donde la mano se acerca para ser apartada?
Yo algo, alguna vez tuve y luego lo perdí y no se bien qué era pero a alguien le parecía que eso existía y entonces existía yo... siendo amada. Hoy creo que eso es algo que siempre le pasa a los demás.
La navaja, digo, ¿servirá para desatar el ahogo, o cortar el nudo de las atragantadas?
En 3 días llega, después de un año, el último experimento-hombre con el que circulaba de todo (un poco) y tal vez, en estos 15 días de visita tenga que abrir y suturar la garganta cada vez, cada vez...

patitia dijo...

Es tan difícil no hablar de amor ante situaciones tan ambiguas, creyendo que, es, lo que no es, y lo que no queremos que sea, lamentablemente, es. Por que "siempre" somos nosotras las que debemos llamarnos a silencio, descubrir acertijos indescifrables, y esperar... a ver si con esa actitud, obtenemos alguna respuesta!!! No!!, no cortes tu lengua. Nadie merece semejante sacrificio!!!

antiprímula dijo...

C: Pongo todos mis porotos en tu segunda pregunta: La navaja no sirve más que para el desangre.
Tranquila, nunca se sabe... esa llegada que decís tal vez traiga cosas buenas (que así sea), no nos adelantemos "modernamente" a la desgracia.
P: El sacrificio sería, en este caso, seguir hablando. Un beso.

laveron dijo...

Me gusta muchísimo este texto.

antiprímula dijo...

¡Gracias, Laveron!
(Creo que a él también le gusta, jé. O buah.)
Oscilo entre onomatopeyas varias: Aj, mmm, auch, uf, ay, ah, puf, uyuyuy.

clara elena dijo...

hablaremos con él, aquél, de la luz de las siete de la tarde!!
tanto hablé con él (mi él) de esa luz, de la angustia implicada en el fin del día...

salud! (mucha salud)

antiprímula dijo...

¡Clara! ¡De no creer! Rato antes de leer tu comentario había vuelto solita a este post. Confieso: No cumplí, hablé de amor... y ahora la luz de esa tarde es un recuerdo de tantos, con él ahora intercambiamos oscuridades. (Con el del taxi que creíste otro).
Ojalá aquel (tu él) no se haya eclipsado tanto.
¡Salúd y tranquilidad! Gracias por darte una vuelta.
(Si me permitís voy a repetir aquel poema tuyo, es como el himno de mi patria bajo esta sempiterna dictadura afectiva).
Este post es viejo, lo puedo decir, nadie lo lee ya: NO DOY MÁS.