Solo has nacido para ver. Mi madre siempre me decía que yo no veía más que brumas en la vida. Que extraía de la vida una bruma que me permitía atenuar – cuando a veces no distorsionar la realidad. Bruma, luz. La grande al fin. Donde ya nada que ver. Que decir. El logro de una tranquilidad. Aunque el ojo se cierre y se abra no verá más que bruma. Decía que ella a veces envidiaba la bruma como delgada telaraña que yo construía. No se si la palabra es colorear. Ella decía que estaba en mi naturaleza. La bruma colmaba mi vida. La inundaba siempre. Yo no la entendía. Por ejemplo: no sabía si me estaba elogiando o haciéndome una crítica feroz. Pienso ahora que tal vez la duda permitía algo, como soñar en mis brumas por un rato... tal vez.
Pero la verdad es que nunca supe el verdadero significado de lo que mi madre me quería explicar.
SOLO BRUMAS, de Eduardo Pavlovsky.
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