Estudio independiente dedicado a la formación y entrenamiento de actores.
sábado, 29 de diciembre de 2007
El discurso del silencio es escasamente compartible.
El primer texto no lo leí de un libro, lo saqué de un comentario hecho en el blog de un escritor al que quise mucho. Un blog que ya no existe. El blog de un escritor al que ya no veo ni leo.
El texto es de Banana Yoshimoto y dice:
***
"Si con dos caracteres tan fuertes como los nuestros conseguimos no ahogarnos, pese a ser arrastrados por el terrible viento llamado "amor", es gracias a su particular sensibilidad, que le hace reconocer siempre el grado de distancia adecuado.
Cuando dos personas se aman, lo único que existe en el mundo para ambas es la otra persona, y el espacio que se crea entre ellas también es único. Cuando se sabe esto, y sobre todo cuando se descubre hasta qué punto ese espacio es atractivo y especial, se intenta mirarlo mejor y eliminar la distancia.
Pero él, siendo un escritor, sabe que debe detenerse ahí. Y en ese lugar soleado que sólo puede existir entre nosotros dos, en ese espacio cálido, luminoso, que uno no puede construir solo, cultiva con el máximo cuidado esa finísima atmósfera en la que pueden nacer tantas cosas."
Agrego otro texto, sí leído en uno de los libros de Banana:
*
"Creo que la cocina es el lugar del mundo que más me gusta.
En la cocina, no importa de quién ni cómo sea, o en cualquier sitio donde se haga comida, no sufro.
Si es posible, prefiero que sea funcional y que esté muy usada.
Con los trapos secos y limpios, y los azulejos blancos y brillantes.
Incluso las cocinas sucísimas me encantan.
Aunque haya restos de verduras esparcidos por el suelo y esté tan sucio que la suela de las zapatillas quede ennegrecida, si la cocina es muy grande, me gusta.
Si tiene una heladera enorme, llena de comida como para pasar un invierno, me gusta apoyarme en su puerta plateada.
Cuando levanto los ojos de la cocina de gas grasienta y del cuchillo oxidado, en la ventana brillan estrellas solitarias.
Sólo estamos la cocina y yo.
Pero creo que es mejor que pensar que en este mundo estoy yo sola.
Cuando estoy agotada suelo quedarme absorta.
Cuando llegue el momento, quiero morir en la cocina.
Sola en un lugar frío, o junto a alguien en un lugar cálido, me gustaría ver claramente mi muerte sin sentir miedo.
Creo que me gustaría que fuese en la cocina".
*
de Banana Yoshimoto
viernes, 28 de diciembre de 2007
"La elegida de Agosto" Pequeña fotonovela de una gran relación. (Tonteras de las más tontas y felices).
De diván
En cuanto vislumbra que no será posible, mitifica y se enamora.
Como si se hubiese prometido que nunca más sería ella la que deje a alguien.
Ni siquiera corre el riesgo.
- Miedo enquistado. Demasiados años a lo Madame Bovary. -
***
Por ahí anda la cosa. Pero que intuya por dónde viene el cardúmen no quiere decir que pesque.
¡Qué resbaladizo es el inconciente!
jueves, 27 de diciembre de 2007
¿Dónde está la novedad?
¿Qué nos sorprende?
Cualquier individuo mayor de veinticinco años comprende que todas las despedidas amorosas son un calco de anteriores.
Las mismas excusas, los mismos dolores, las mismas exactas contradicciones.
Duelen por ser actuales, pero son una repetición de otras, propias o ajenas.
¿Cómo puede ser que nos resulten novedosas, increíbles?
¡Qué disparate!
***
Y por supuesto que algunas relaciones son más profundas que otras (un ser mayor de veinticinco años también lo sabe) pero los discursos...
***
¿Cómo no burlarse un poco de una escena tan trillada?
***
miércoles, 26 de diciembre de 2007
martes, 25 de diciembre de 2007
Tumbada
El amor. ¿El amor?.
Esta noche tengo un latido menos. La sangre corre más despacio, más espesa, la escucho fluir lenta, apretada. Pesan los párpados. Mi espalda pide colchón, goma espuma y mis ojos cielo raso. Algo que no reconozco en mí ruega silencio. No es tristeza, no, ya no queda. No tengo sueño, no, tampoco queda. No es cansancio, o sí, tal vez, pero no es cansancio físico. Las palmas de mi mano sin movimiento, sin voluntad de asir, de hacer, vueltas hacia arriba, como si mantuvieran un recuerdo reflejo de la espera de un milagro. Las mismas manos que fueron niñas, las de siempre conmigo, las que serán frías.
Juro que no entiendo el amor, y las explicaciones me tumban.
Estoy rendida.
33 años después del natalicio.
*
El cuadro mide veinte centímetros de alto por dos metros de largo. Hay un cuerpo. Sólo un cuerpo representado. Yace boca arriba sobre una losa cubierta con una sábana blanca. El cuerpo lleva los signos evidentes del dolor y la muerte.Vemos su mano derecha aferrarse a la sábana. Las piernas sobre la losa. Los pies ligeramente separados. Los dedos de los pies largos, llenos de tierra, sucios de sangre. En su mano derecha, la que vemos, podemos ver también huellas de sangre. Una herida. Los restos de la crucifixión. Su pie derecho muestra la otra herida: la de los pies. Holbein tampoco olvidó la cicatriz abierta del costado, bajo las costillas marcadas y quietas, la herida de la lanza. Es el cadáver de un hombre que padeció torturas infinitas antes de ser crucificado; es el cadáver de un hombre que ha sido martirizado por los guardias y martirizado por la multitud cuando iba cargado con la cruz; el cadáver de un hombre que - bajo el peso de esa misma cruz - cayó a tierra y sufrió el suplicio de la cruz por seis horas; es el cadáver de un hombre recién descendido de la cruz: aún conserva mucha vida, mucha tibieza; por eso en su cara todavía se trasluce el sufrimiento, como si todavía pudiera sentirlo…
Todos los que vieron aquel cuerpo tuvieron que sentir una pena y un desaliento atroces aquella noche al ver defraudadas de una vez y para siempre todas sus ilusiones y casi toda su fe.
Debieron separarse con un miedo espantoso.
Y si el mismo Cristo hubiera podido ver su imagen la víspera misma del suplicio no habría subido a la cruz.
Frente a este cuadro uno no tiene otro camino que perder la fe.
*
(Fragmento extraído de "Los mansos" de Alejandro Tantanián).
*
lunes, 24 de diciembre de 2007
Mara
Decidió hacer DELETE, DELETE, DELETE.
*
“Si pueden hacerlo conmigo”, pensó Mara, “¿por qué no puedo hacerlo yo?”
*(Se dio ánimos, en el fondo era casi un duelo contra ella. Se conocía desde chica. Ayudó en este caso saberse condecorada con la banda roja de no admitir).
*Atacó el celular en este orden: DELETE mensajes recibidos, enviados, borradores y no entregados; llamadas recibidas, perdidas y realizadas. Y por último, lo más difícil, la agenda, dudó una milésima de segundo, miró hacia el techo, y borró el nombre de él. La alivió, no recordaba su número de memoria, no habría forma de volver a llamar.
*
Un leve entusiasmo la asaltó, como si algo se encendiera, una sensación que había perdido en tantos días de espera.
*
Se preparó un té de jenjibre, se sentó frente a su computadora y DELETE, DELETE, DELETE. Borró mails enviados, recibidos, borradores, historial de mensajes, y por último uso la opción ELIMINAR CONTACTO. (No pudo evitar pensar en la falacia del término elegido para la comunicación sintacto).
*
Bebió unos sorbos de té, ya había menguado el fugaz chisporroteo en su pecho, hurgó entre los labiales, los perfumes y las llaves de su bolso, encontró su ajada agenda y tachó con fibra negra indeleble los datos de él en el directorio.
*
“Listo”, pensó.
*
Sabía que la esperaban días tristes, opacos, que atravesaría ayudada por unas copitas o algún confite celeste o rosa o salmón. Pero hasta que la pena pase. Hasta que pase. Comprendió que la pena sin esperanza, sin espera era mejor, alejaba la tortura. Y era bueno eso.
*
Terminando su té, soltó la mirada hacia el cielo nuboso, dejó que la vista extendida hacia el sinfin grisáceo arrastrara unos últimos pensamientos sobre el tema. Se acercó al ventanal, estaba tan liviana que pegó un brincó y, para su sorpresa, levantó vuelo.
*
Aprovechó su liviandad, se quedó un largo, largo rato flotando entre cirrus.
*
Desde muy alto escuchó sonar su teléfono, pero estaba tan lindo el cielo a esa hora.
*
domingo, 23 de diciembre de 2007
Relatos eróticos. Marosa de Giorgio.
9.
... Dentro de la cama yo ofrezco mi ostra, pequeña, oval, ribeteada de coral, por donde Juan lleva y hunde su puñal. Que me parte en dos. Después, yo lo abrazo. Como si no me hubiera querido matar.
16.
... En el aire hay figuras que casi se alcanzan; nunca se puede.
Pero, yo soy sirena. De planta, de arboleda. Ondulo mi cola oscura, fuerte. Tengo las escamas, blancas y plateadas; el pecho desnudo, crespo el pelo; el sexo es una marca apenas de coral, y echa un perfume específico, humo, gotas de aceite y sangre, y brasitas.
Me rozo el sexo con una vara, lo zarandeo un poco.
Y doy pequeños gritos y pequeños saltos, de pez, de fémina, a ver si los hombres del lugar vienen a mí.
32.
Fui a vivir con las flores. Pasé años en las violetas, las mascarillas chiquitas, perfumadas. Mi madre miraba. Yo, alta y de pie, entre violetas. Ella se azoraba, se retraía. Poco la vi.
Fui a vivir con los "pensamientos". Las mascarillas, los antifaces asombrosos, y yo de pie, entre ellos. Pasé años entre "pensamientos". Las primas de mi madre se hacían lenguas. Les daba miedo. Decían: No sale más del pensamiento.
Un hongo me llamó; era redondo, blanco y rosa vivo, tenía perlas, amatistas, y como unos dientes abrillantados por el lomo. Una noche me lo sustrajeron. Quedé con el sexo abierto y lo aguardaba.
Fue cuando advertí al Hibisco. Y me conformé y me enamoré. Con el hongo sólo hubiera pecado; con éste me enamoré.
Le miraba las coronas rojas, rosadas, amarillas, los enhiestos focos. Me dijo: alma mía, ven a mí. Esta noche nos casamos, nos cazamos. Hace tiempo que te vi. Dame un beso y.
Me hincó un brazo. Di un grito. Me casé, ahí, de pie, rodó mi himen; mi sangre roja, nevada, azul, quedó en el suelo. En la casa prendían un farol. Miraban por la ventana. Me vieron con el Hibisco; entre sus brazos, entre sus patas. Gritaban: ¡La hija ha muerto, no la queremos más! Y yo abrazada en el Hibisco, le gemía con voz de vírgen. El hozaba, se posesionaba. Me decía ¿Tuviste algo con aquel hongo? ¿Te dejó algo? ¿Esta amatista?
Y revolvía en mi pequeño vulvo, rojo de sangre y de amor por él, por el Hibisco, que le rompía todos los broches. En el alba tapé mis senos, tapé mi sexo que había gorjeado toda la noche, y del que caía perfume fuerte, alguna hueva, sangre aún, y algunos pétalos.
El Hibisco quedó reacio. Se irguió solo, lleno de focos, distraído y satisfecho. Yo lo veía como a un desconocido, que, quedándose ahí, se hubiera ido.
Los tres textos son de su libro Rosa Mística.
sábado, 22 de diciembre de 2007
viernes, 21 de diciembre de 2007
De cuando nació la desesperanza.
Este tibio aire que envuelve la nada
me llevará por una calle anochecida,
barrerá sueños vencidos,
me hará chocar una copa
festejando la paz del vacío,
me ayudará a reírme de mi esperanza.
De esa que ya no tengo,
de la que ya no tengo.
La calma de la noche
será amiga de la nada,
pasearán juntas,
y serán grandes compañeras.
**
08/12/2005
Hermosa canción, anque no muy nueva: Abismo. Illya Kuryaki.
Me estoy llevando el río
debo saciar la sed de mi adivino.
Estoy corriendo mucho,
un pez me grita
y yo nunca lo escucho.
Desaparecer
es lo que me aconsejan,
huír de tí,
salirme de tu senda.
Pero tomé tu piel,
quedé imantado a eso,
como los bosques
imantan el silencio.
Quién nos guía hacia el abismo
sabe qué quiero,
sabe que busco el abismo.
El mar lo siento lejos,
debo nadar hasta tus sueños.
Desde la fantasía vos me dirás
lo fugaz que es la vida.
Y si quieren juzgarte,
sacá afuera tu alma
dejá que el sol inserte algo de calma.
Quebrar lo inquebrantable,
y ver un mundo aparte,
es lo que hace que al fin
yo pueda amarte.
Quién nos guía hacia el abismo
sabe qué quiero,
sabe que busco el abismo.
jueves, 20 de diciembre de 2007
por Antiprímula diurna
Pocos textos oídos en obras de teatro me conmovieron como éste (dicho por mi amigo Carlos De Feo en "De mal en peor", de Bartís):
**
¡Sí!, ¡Sí!, ¡Perdí todo! ¡Todo! ¡No tenemos nada!... Nada que sostener, nada que defender... ¡Y me siento libre!... ¡Libre y feliz como cuando murieron mis padres!
por Antiprímula nocturna
Esta tarde, un hombre en el que no había reparado especialmente, al pasar por un cantero cortó una flor y me la ofreció, mientras hablábamos de nimiedades.
Era una prímula.
Sabiéndolo muy lejos de conocer este espacio me impactó la florcita que depositó en mi mano.
****
¿Debería pensar en señales?
(Por las dudas, conservé el pimpollo entre el celofán y el paquete de mis cigarrillos).
*
miércoles, 19 de diciembre de 2007
Bifurcación
Sí, entran y salen publicaciones.
Debería considerar el divorcio entre antiprímula nocturna y diurna.
Juro que entre las 0 y las 6 soy una, entre las 6 y las 21 soy la opuesta y entre las 21.01 y las 23.59 soy nada.
Es un disparate, sí.
En eso hay acuerdo, ninguna de las tres lo niega.
Sepan disculparnos, nos diagnosticaron excesiva movilidad.
Va a estar bueno Buenos Aires.
He recibido innumerables mails con la carta de renuncia de Graciela Casabé. Repruebo la lamentable y temible actitud del gobierno de nuestra ciudad, coincido con que se trata de una desacertada e indeseable decisión y una peor forma de ponerla en práctica. No obstante prefiero transcribir lo siguiente:
***
El texto que sigue pretende producir una reflexión a partir de la circular que envió Graciela Casabe en referencia al desalojo causado por las nuevas autoridades del Gobierno de la Ciudad (los que no la hayan leído, les pido lo hagan antes de leer este escrito, está adjuntada abajo*):
Indudablemente la violencia de la que habla la Sra. Casabé es un acto despiadado, inútil, innecesario y por lo tanto adhiero, desde ya, a su queja. Ante todo, respeto. No es la forma, no corresponde semejante abuso de poder. En síntesis, se trata de una inmensa estupidez.
Ahora bien, tampoco me parece consecuente ingenuizarnos y olvidar, por este asunto que evidentemente pone a la ex directora del Festival en una posición de víctima, la maquinaria política que escondió, durante casi diez años, la producción de dicho evento. No me parece que la comunidad teatral porteña deba ahora, por este motivo, solidarizarse con una empresa que desembolsó, insisto, durante casi diez años, un presupuesto igual o mayor al destinado a sustentar la producción nacional, desviándolo a las producciones extranjeras. No tengo, desde ya, ningún tipo de apreciación estética negativa sobre las compañías que fueron invitadas. Sin duda, la mayoría de ellas tocaban la excelencia. Pero acaso ¿no resulta un poco absurdo que un país del tercer mundo financie producciones del primer mundo? ¿Donde estaría, en esta política, aquel viejo lema de “una mejor distribución de los recursos” del que tanto se jactan los gobernantes de turno y al cual todos deberíamos aspirar? El presupuesto de PROTEATRO casi no llega al millón de pesos, los teatristas porteños producimos con 3000 o 4000 pesos con la mayor de las suertes (los que deseen certificar esto ingresen a: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/teatro/?menu_id=5541 y clickeen en “Subsidios 2006 – Obras”), tengo entendido que el Festival solo cubrió pasajes y alojamientos, pero ¿cuánto cuesta un pasaje Paris – Buenos Aires? 800 EUROS. Es decir: $3600. UN PASAJE DE 1 ACTOR = UN SUBSIDIO PARA TODA UNA COOPERATIVA (integrada, generalmente por un promedio de 7 u 8 personas, con ensayos de 7 a 10 meses, y otro tanto de funciones). ¿Alguien sabe cuánto se le pagó a las producciones nacionales por participar del Festival? ¿$1000? ¿Alguien sabe que las performances de “Hay algo que me golpea” (evento “organizado” por el Festival) nuclearon a casi 80 artistas y no recibieron ni un peso? ¿Cuántas compañías nacionales participaron? ¿Diez, doce? ¿Cuántas del interior? Ninguna. ¿Saben que hay más de 300 espectáculos por fin de semana, solo en Capital Federal, y solo 80 de ellos, como mucho, recibieron subsidio este último año? Entiendo que a los argentinos nos encanta que Europa nos vea, nos admire, amamos que nos lleven a Festivales, para luego volver y poder decir: “Fui reconocido en Francia, Alemania, Inglaterra, ahora llegué a la cima, soy el mejor”. Por parte de los gobernantes se extiende el discurso de “poner a la Argentina de cara al resto del mundo”, “...posicionarla como lo que es...”. ¿Cuando vamos a dejar de mirar para afuera? ¿Acaso no nos damos cuenta que producimos veinte o treinta veces más teatro que Barcelona? Me manifiesto decididamente en contra de la organización de un nuevo Festival en el que se invierta una partida que tanto necesitamos los que, efectivamente, gastamos las suelas de los zapatos para producir teatro (y cultura, en definitiva) en el país. Me manifiesto en contra de desviar los escasísimos recursos que tenemos en compañías extranjeras, y que quede claro, que esto no tiene nada que ver con el respeto que tengo por el trabajo que éstas realizan. Yo también admiré a Peter Brook, pero ahora, preferiría que la próxima vez, él vea de qué manera puede venir a la Argentina (donde todos somos pobres) y financiarse su gira. Estoy harto, hartísimo, de que se organicen eventos, que por más masivos que sean, beneficien más a los que lo organizan que a los que verdaderamente lo necesitan. Que el Festival haya agotado sus entradas no significa que el público ni la comunidad teatral haya reflexionado verdaderamente sobre aquello que estaba consumiendo. Muy a nuestro pesar, estamos tan segregados como comunidad, tan distanciados los unos de los otros, que el Amo dice cualquier cosa y todos vamos como ganado a acatar la autoridad, por si las moscas no se enoje y la próxima vez me pierda la limosna. No seamos ingenuos. La próxima vez pensemos dos veces antes de seguir pretendiendo ocupar “el círculo de los elegidos a nivel nacional” para que un programador extranjero nos vea y nos lleve, oh!, a su Festival. Que quede claro: nosotros también somos los que le damos de comer al chancho.
Se nos viene una época muy dura, donde un grupo de empresarios va a hacerse cargo del Estado. Vamos a tener que estar muy atentos. Ellos van a querer construir su quintita cultural, donde lo que no hace negocio va a quedar afuera. Ahora, más que nunca, van a querer europeizarnos (¿se acuerdan de la política de Carlitos?), vendernos que Buenos Aires debe transformarse en un epicentro turístico y por lo tanto debemos producir para atraer al extranjero. Me encanta que la ciudad sea visitada por nuestros hermanos del exterior, pero cuidado, nosotros no existimos por ellos ni para ellos. Lamento sonar un poco radical, no deseo que se piense que porto algún tipo de apreciación negativa para con el que viene de afuera. Lo que ocurre es que nosotros tendemos a perdernos en el afuera (síntoma argentino), tendemos a idealizar al afuera (síntoma de toda colonia), y por ultimo, tendemos a someternos, sin darnos cuenta, al afuera. Tengamos cuidado con los discursos PRO que se vienen, porque son inteligentemente sutiles y poderosamente manipuladores. Abramos los ojos. El teatro independiente argentino nuclea a miles y miles de artistas que producen a través de este lenguaje, CULTURA, construyen, a través de esta expresión, IDENTIDAD. Empecemos a defenderlo y a darle el lugar que se merece, más allá de la escasa plusvalía que genere. Que los recursos se utilicen en Argentina. Si el europeo, que es el que más tiene en términos materiales, quiere llevarnos a su país, maravilloso. Pero gastar lo que poquísimo que tenemos para satisfacerlos a ellos no. BASTA. Cultura NO es superavit. Identidad NO es for-export. Una vez más, no seamos ingenuos.
Por último, deseo aclarar que respeto mucho el trabajo ejecutado por Graciela Casabé en lo que a la dirección general de un festival compete (tuve la oportunidad, de hecho, de trabajar desde el Centro Cultural Recoleta, cuando la necesidad económica me acuciaba, en la coordinación de numerosas actividades realizadas allí, en el marco de tres de los festivales), pero difiero enormemente en la política cultural que éste propone. Lamento, en consecuencia, haber tomado su difícil situación actual como excusa para expresarme sobre cuestiones que me resultan de suma importancia para nuestra comunidad. Pero ocurre que me está resultando cada vez más difícil quedarme callado y seguir tolerando que nos tratemos como idiotas.
Abramos los ojos.
****
[*CIRCULAR DE GRACIELA CASABE:]
Buenos Aires, 12 de diciembre de 2007
A la Comunidad Teatral, a los Artistas e Invitados Internacionales, a los colaboradores de estos 10 años del Festival Internacional de Buenos Aires, a las Instituciones, Agregadurías Culturales, Embajadas, a los medios de prensa, al público en general:
Mi decisión de abandonar la dirección del Festival Internacional de Buenos Aires -tras completar la VI Edición del mismo- estaba tomada.
De esto pueden dar fe mis colaboradores. Lo que también creía es que el Festival se merecía una transición hacia nuevas direcciones -y decisiones- que tomasen en cuenta la experiencia transitada. No es necesario aclarar aquí los niveles de excelencia y eficacia que este Festival supo demostrar.
Pero ni en la más oscura de mis pesadillas podía yo imaginar que la política del nuevo Ministro de Cultura (que responde clara y penosamente) a la del nuevo Jefe de Gobierno de la Ciudad iba a obligarnos a desalojar las oficinas en menos de 48 horas, previa decisión de desarmar todos los equipos de trabajo que -tras estos 10 años- se constituyeron como ejes principales para la realización del Festival.
No se trata aquí de defender cargos, sino de dejar en claro que esta actitud de inusitada violencia, es la que marca la política a seguir: aquella que intenta anular, echar por tierra, reducir a cero lo que se supo construir de buena manera y con indiscutible éxito hasta el presente.
En el momento en que usted esté leyendo este mail las oficinas del Festival estarán vacías por orden de las nuevas autoridades.
Parece que el lema "todo lo hecho bajo el gobierno anterior debe ser desarmado" sigue gozando de buena salud en el Macrismo.
La violencia a las que nos vimos sometidos (no me extenderé aquí sobre los modos y los dichos en los que fuimos desalojados en menos de 48 horas) llevan a pensar que la pluralidad de criterios, el disenso y los valores democráticos -tan altamente defendidos en las campañas electorales del Pro así como en las primeras horas de mandato- se ven totalmente anulados a la luz de estas actitudes.
A todos los empleados de planta del Festival se les ha pedido que abandonen y vacíen las oficinas para reincorporarse en sus funciones el 15 de enero en tareas y lugares a designar. Y esta es la decisión que echa por tierra el trabajo de 10 años, el esfuerzo conseguido por todo el equipo, el orgullo de armar un festival con dedicación y trabajo, con pasión y con una enorme, profunda mística.
Mediante esta carta presento mi renuncia indeclinable a la dirección del Festival Internacional de Buenos Aires pero -antes de hacerlo- me pareció pertinente advertir a la comunidad teatral, a los medios, al público, a los invitados internacionales y a todos los que demuestran un interés en la cultura que estamos frente a la peor de las políticas, a la peor manera de entender la cultura, a la peor muestra de poder.
Y no quiero ser cómplice de este maltrato, por eso lo denuncio.
Este hecho de atropello no hace más que reforzar el viejo pensamiento binario de "unos contra otros" para demostrar lo que ya con creces sabemos puede derivar de este pensamiento.
Gracias por acompañarme en estos 10 años.
Estoy segura de que nos encontraremos en mejores y más luminosas condiciones.
Pero de algo también estoy segura: nos merecíamos otro final.
Y es la historia lamentablemente de este país.
Otra vez, gracias.
Graciela Casabé
DNI 12.976.689
martes, 18 de diciembre de 2007
Cara Clara, recibí tu poema y acá lo expongo.
Este tipo de intercambios le insuflan vida a éste lugar, se la alargan, ya que estaba al borde de una muerte que no pretende ser recuerdo siquiera. (A lo sumo sería útil a quien se decidiera a usar las palabras tipeadas para hacer algo con ellas).
A pesar de la inmensidad del espacio virtual hace falta suerte para encontrar "poesía".
Gracias por tu obsequio, es una de esas pocas suertes, y dice:
*
INVIERNO, de Concepción Bertone (en “Citas”)
La mujer de la bata gastada
barre las hojas de la vereda
ajena a la mirada que la desnuda.
Barre una llamarada de hojas de fresno
y enciende un fósforo
para que el fuego la apague.
*
domingo, 16 de diciembre de 2007
Resonancias
"El pasado" es un poema de Clara, hermoso a mi entender, lo encontré aquí y dice:
*
*el arroyo
el verano
el río mostraba aguas esta vez marrones
*
y él tenía tanta sed
tanta urgente necesidad de agua
tenía una mano aplastada contra la sien
y mil pensamientos en espiral
repitiéndose incansables
*
yo le di agua, le di viento y otra vez sed
lo sentí como si me hubiera azotado un huracán
*
él y el verano
el mismísimo río
habíamos dejado el deseo
suspendido en el aire
habíamos jurado algo que ni siquiera recuerdo
junto al río
tal vez al lado de una montaña
*
pero el desierto la sed
el río seco
nada
*
ni una ventana por donde mirar agua
ni lluvia ni danzas
nada
*
nada y el cielo abierto
y el sol haciéndonos achinar los ojos
y ya ni mirarnos podíamos
teníamos los ojos ciegos
la sed el sol
la nada
*
*
Gracias Clara por escribir esto y dejar que lo transcriba aquí.
lunes, 10 de diciembre de 2007
Seguir participando
Automático dominical
- La luna intenta decir cosas, y la sombra parida por la nube nocturna pierde su frescura y lucidez, leyéndolas.
- El lindo pasea por Villa Crespo dando cátedra, mientras las estrellas muertas esconden su brillo, avergonzadas. Sonrisas -sonrosas- de labios rojos y suspiros posteriores por lo que pudo haber sido. Una vez más, y para adentro: ¡qué pena! (con perfume).
- Las palabras son puentes que separan, la posible unión depende de las manos y de los corazones, de los deseos y de las valentías para cruzar los puentes deseantes, depende de los cuerpos y de la intrepidez para atravesar esos puentes, esos cuerpos. Lo que vale es el encuentro, el resto es viento.
- Para tanta muerte no vale la pena estar viva.
- Me gustaba mucho un poema de los ojos achinados, en un blog que cerró. No conozco su autora pero era bello como pocos y no lo puedo leer más. Parece que de eso se trata todo. Es un ejemplo, como tantos. "Es la vida".
- REW. REW. REW. REW. REW.
sábado, 8 de diciembre de 2007
Roberto Juarroz.
Roberto Juarroz nació en Coronel Dorrego, Provincia de Buenos Aires (Argentina), el 5 de Octubre de 1925, y murió en Temperley, provincia de Buenos Aires, el 31 de Marzo de 1995.
Tres poemas suyos:
*
POESÍA VERTICAL 14
He encontrado el lugar justo
donde se ponen las manos,
a la vez mayor y menor que ellas mismas.
He encontrado el lugar
donde las manos son todo lo que son
y también algo más.
Pero allí no he encontrado
algo que estaba seguro de encontrar:
otras manos esperando las mías.
***
ASÍ COMO NO PODEMOS...
Así como no podemos
sostener mucho tiempo una mirada,
tampoco podemos sostener mucho tiempo la alegría,
la espiral del amor,
la gratuidad del pensamiento,
la tierra en suspensión del cántico.
No podemos ni siquiera sostener mucho tiempo
las proporciones del silencio
cuando algo lo visita.
Y menos todavía
cuando nada lo visita.
El hombre no puede sostener mucho tiempo al hombre,
ni tampoco a lo que no es el hombre.
Y sin embargo puede
soportar el peso inexorablede de lo que no existe.
***
NO SE TRATA DE HABLAR...
No se trata de hablar,
ni tampoco de callar:
se trata de abrir algo
entre la palabra y el silencio.
Quizá cuando transcurra todo,
también la palabra y el silencio,
quede esa zona abierta
como una esperanza hacia atrás.
Y tal vez ese signo invertido
constituya un toque de atención
para este mutismo ilimitado
donde palpablemente nos hundimos.
viernes, 7 de diciembre de 2007
"Al salir del bar, y después de hacer mi visita nocturna a la pensión, sobre la Plaza del Once, contemplaba aún el gran cartel que anuncia los fideos Santa Catalina, y aunque no recordaba quién había sido Santa Catalina, no me parecía difícil que hubiese sufrido el martirio, ya que el martirio fue siempre el fin casi profesional de los santos; y entonces no podía dejar de meditar sobre esa característica de la existencia humana consistente en que un crucificado o un desollado vivo con el tiempo se convierte en una marca de fideos o de conservas en lata".
Fragmento de Sobre héroes y tumbas, Ernesto Sábato.
jueves, 6 de diciembre de 2007
Soledades en un 7 de diciembre de 2007, de mañana.
Mientras ella pensaba que la tristeza de él era negra y profunda miraba, echada de espaldas en el piso de su cuarto de hotel en el once, las manchas de humedad en el techo.
Le rodaron unas lágrimas, silenciosas, nada de ruidos, que no se diga que no era mujer.
La tristeza de él, en vanidades, se aclaraba un punto en su escala cromática.
Ella estaba sola.
Él también.
La mancha del techo crecerá -piensa ella.
La vanidad crecerá -piensa él.
La soledad también -piensan los dos, por separado, alejados.
Ambos lo sabían, pero ya no podían detenerla.
Roland Barthes y los celos.
CELOS: Sentimiento que nace en el amor y que es producido por la creencia de que la persona amada prefiere a otro. (Littré).
*
... "¿y si me forzara a no ser más celoso por vergüenza de serlo? Son feos, son burgueses, los celos: son un afán indigno, un celo -y es este celo el que nosotros rechazamos"...
*
"Melite se reparte porque ella es perfecta, e Hiperión sufre por ello: Mi tristeza verdaderamente carecía de límites. Fue preciso que me alejara."
*
"Como celoso sufro cuatro veces: porque estoy celoso, porque me reprocho el estarlo, porque temo que mis celos hieran al otro, porque me dejo someter a una nadería: sufro por ser excluído, por ser agresivo, por ser loco y por ser ordinario".
*
de los inagotables "Fragmentos de un discurso amoroso".
miércoles, 5 de diciembre de 2007
Sueños negros (azules, a veces).
Esta ciudad es insoportable. Multiplica mi insoportabilidad. Acrecenta la insoportable insoportabilidad de todos.
La neurosis, la agresión, el desamor, la desconfianza deja de ser un miedo inasible para hacer metástasis en los cuerpos, y borrar besos y caricias y sonrisas espontáneas por un cuerpo amado. (Y no importa si no es un amar eterno, no me jodan más con eso, en ese instante ES, eso importa, el resto son elucubraciones posteriores, consecuencias de la misma enfermedad).
Si pudiera elegir mi muerte optaría por que me peguen un tiro en la espalda, que atraviese el corazón de mi corazón, mientras miro el mar. Ahí soy mejor que acá. Y moriría creyendo en dios, tal vez. Y en el amado que me acompañe, seguro.
martes, 4 de diciembre de 2007
¡Ay, Osvaldo Lamborghini!
... Lo que me asusta de mi alma es que no la tengo. Ahora pasé de los cólicos y las diarreas (¡en pleno invierno!) a las malvecinas congestiones de la nariz y del aparato general, respiratorio. Algo se hiela y yugula allí dentro. Si hablo, sí. Una red de nieve, témpano. Cada palabra congela a alguna de las notas de la sangre. La pulsación armónica, musical, queda impedida. Escribir: clavel de la tormenta, escribo el brote raquítico de abolir el placer de todos. Queda el mío: hielo y barro ...
Ni palabras, ni poemas, ni discusiones: hoy waldorf
Ingredientes:
el jugo de 1/2 limón
3 cucharadas de mayonesa
3 manzanas verdes
3 cucharadas de crema de leche
50 gr. de nueces peladas
4 tazas de apio blanco
sal y pimienta a gusto
Preparado:
Limpiar el apio y cortarlo en rodajas no muy gruesas.Cortar las manzanas en daditos, rociarlas con jugo de limón y picar nueces en forma gruesa. Colocar esto en un bol. Mezclar la crema de leche con la mayonesa, salpimentar a gusto y agregar a la preparación anterior. Dejar reposar unos minutos y a disfrutar.
Un poco ácida, un poco dulce, un poco amarga y bastante afrodisíaca.
viernes, 30 de noviembre de 2007
Otro de Olga Orozco
Me clausuran en mí.
Me dividen en dos.
Me engendran cada día en la paciencia
y en un negro organismo que ruge como el mar.
Me recortan después con las tijeras de la pesadilla
y caigo en este mundo con media sangre vuelta a cada lado:
una cara labrada desde el fondo por los colmillos de la furia a solas,
y otra que se disuelve entre la niebla de las grandes manadas.
No consigo saber quién es el amo aquí.
Cambio bajo mi piel de perro a lobo.
Yo decreto la peste y atravieso con mis flancos en llamas
las planicies del porvenir y del pasado;
yo me tiendo a roer los huesecitos de tantos sueños
muertos entre celestes pastizales
Mi reino está en mi sombra y va conmigo dondequiera que vaya,
o se desploma en ruinas con las puertas abiertas a la invasión del enemigo.
Cada noche desgarro a dentelladas todo lazo ceñido al corazón,
y cada amanecer me encuentra con mi jaula de obediencia en el lomo.
Si devoro a mi dios uso su rostro debajo de mi máscara,
y sin embargo sólo bebo en el abrevadero de los hombres
un aterciopelado veneno de piedad que raspa en las entrañas.
He labrado el torneo en las dos tramas de la tapicería:
he ganado mi cetro de bestia en la intemperie,
y he otorgado también jirones de mansedumbre por trofeo.
Pero ¿quién vence en mí?
¿Quién defiende de mi bastión solitario en el desierto, la sábana del sueño?
¿Y quién roe mis labios, despacito y a oscuras, desde mis propios dientes?
jueves, 29 de noviembre de 2007
cruel en el cartel
Soñé otra vez con aquella pequeña casa con jardín, esta vez con el recuerdo de ese sueño.
Hombre mirando al sudeste: ayer te ví. Como en un cuadro, un afiche de cartón, liso, jóven, bello. Detenido en el vano de la puerta del bar, buscando marco. Creyéndote merecedor de mi mirada, y de la de todos. Pensándote merecedor de la mirada del mundo. Sabiéndote jóven y liso y bello. Erguido, mirando al sudeste, en el marco del cuadro que con aire casual montás.
Posaste, y te saqué la foto. Linda, la foto.
Hice medio giro y me fui mirándola en mi cabeza, preguntándome cómo fué que lloré tantas noches por vos, tantas lágrimas, tanto desconsuelo, tanta partida. Llegué a la parada del 15 canturreando. Yo te dí un hogar...
Siguió mi día y mi noche y mi amanecer, olvidé la foto y el bar y tu aire casual y tu lejano sudeste. Soñé con el recuerdo de haber soñado en noches viejas aquella pequeña casa con jardín.
Sigo mi camino. Siempre me espera el mar, me salva saber que está, mañana iré por él.
miércoles, 28 de noviembre de 2007
martes, 27 de noviembre de 2007
Para difundir.
"Volver" de Antonio Di Benedetto
Le explico a Horacio: -Hoy he recibido la invitación para el acto de Manuel que se hizo el lunes. Horacio comenta: -Lindo tema para un cuento fantástico. No me dice cómo, queda a mi cargo. Decido volver al lunes, pero el acto se ha suspendido. Tengo que volver al jueves, el día que hablé con Horacio. Pero al regresar ya no es jueves, sino viernes. Entretanto el jueves ha ocurrido que... Reflexiono que de otra manera ya me ocurrió. Yo tenía que buscar, hacia atrás, a una mujer. Y ella tenía que buscarme a mí. Retrocedimos, pero cada uno por su propia inspiración y sin ponernos de acuerdo previamente. Nunca coincidimos en nuestros retrocesos e intentando dar con el día exacto para los dos, malgastamos la vida. Cada vez llegábamos más atrás en el calendario. Deduzco que, de una y otra experiencia, podría sacar una conclusión, aunque evidentemente amarga: No se puede volver a lo que se quiso.
lunes, 26 de noviembre de 2007
creer o reventar
domingo, 25 de noviembre de 2007
Tal vez no se trate de deslumbramientos, ni de salvatajes, ni de resurrecciones, ni de sanaciones, ni de escándalos pasionales, ni de redenciones, ni de magias, ni de brillos, ni de elevaciones celestiales, ni siquiera de entendernos. El agujero negro personal está siempre con uno, nadie podrá borrarlo.
Tal vez se trate solamente de aliviarnos la pena.
Tal vez se trate de saber o aprender a hacerlo.
Tal vez en eso consista toda sabiduría.
viernes, 23 de noviembre de 2007
César Vallejo (1892-1938)
¡Y si después de tantas palabras,
no sobrevive la palabra!
¡Si después de las alas de los pájaros,
no sobrevive el pájaro parado!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo y acabemos!
¡Haber nacido para vivir de nuestra muerte!
¡Levantarse del cielo hacia la tierra
por sus propios desastres
y espiar el momento de apagar con su sombra su tiniebla!
¡Más valdría, francamente,
que se lo coman todo y qué más da...!
¡Y si después de tanta historia, sucumbimos,
no ya de eternidad,
sino de esas cosas sencillas, como estar
en la casa o ponerse a cavilar!
¡Y si luego encontramos,
de buenas a primeras, que vivimos,
a juzgar por la altura de los astros,
por el peine y las manchas del pañuelo!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo, desde luego!
Se dirá que tenemos
en uno de los ojos mucha pena
y también en el otro, mucha pena
y en los dos, cuando miran, mucha pena...
Entonces... ¡Claro!... Entonces... ¡ni palabra!
jueves, 22 de noviembre de 2007
Libros que hacen pensar y ayudan a entender
El siguiente párrafo es un comentario sobre Zygmunt Bauman y su teoría de liquidez en los tiempos que corren. El presente artículo refiere más a su libro "Amor líquido" aunque su producción es harto más amplia.
Viene bien leer algo suyo, a pesar de que por momentos duela vernos reflejados en su espejo.
¿Liquidez o liquidación del amor? ¿Hemos acabado con el amor a base de conferirle flexibilidad, falta de consistencia y duración a nuestros vínculos afectivos? En esta nueva entrega de sus atinadas observaciones sobre los cambios de actitud y mentalidad que comporta la sociedad globalizada, Bauman escoge como protagonista principal a las relaciones humanas, profundizando en las paradojas del eros contemporáneo, siempre avaro de seguridad en el trato con los demás, derrochador en la búsqueda de oportunidades más atractivas y, al mismo tiempo, temeroso de establecer lazos fuertes.Es la angustia ambivalente del querer “vivir juntos y separados” lo que constituye para el prestigioso sociólogo polaco uno de los elementos más destacados de la condición humana actual, que aquí examina con lujo de detalles, del sexo sin compromiso a las parejas semiadosadas. Pero Bauman hace algo más que limitarse a constatar esta situación o a divagar acerca de las peculiaridades del amor y la sexualidad en nuestros días, por más que su libro tenga un confesado carácter fragmentario. Sus consideraciones sobre esta nueva fragilidad de los vínculos amorosos pretenden ser, ante todo, una llamada de atención acerca del preocupante desmoronamiento de la solidaridad en una sociedad cada vez más individualizada, donde el amor al prójimo se ve sustituido por el miedo al extraño. Con el análisis de dichas paradojas del amor en tiempos de fuerte disolución de los vínculos sociales, Bauman vuelve así a ejemplificar diversos pormenores de su conocido diagnóstico sobre la ambigüedad inherente a esta etapa de la modernidad que él suele calificar como “líquida”. La novedad de su libro, publicado originalmente en inglés en 2003, lo es, por tanto, más por extensión del campo de aplicación de sus tesis que por intensión, puesto que Bauman ya había definido suficientemente esta especificidad de nuestro tiempo en obras anteriores como Modernidad líquida (2000). Allí, en efecto, se había referido ya al contraste entre la primera modernidad o modernidad en su fase “sólida” –donde la labor ilustrada de desintegración de las autoridades y lealtades tradicionales se efectuó básicamente a fin de dejar sitio a principios más sólidos y duraderos– y la nueva fase desplegada a lo largo del siglo XX, donde la emancipación de la economía de sus antiguas ataduras propició la extensión de una racionalidad instrumental, guiada por el puro cálculo de beneficios, a todos los ámbitos de la vida. Amparada en una presunta defensa de la libertad individual, la creciente desregulación o “flexibilización” de mercados y puestos de trabajo ha venido desposeyendo desde entonces a los antiguos Estados-nación de su capacidad para intervenir frente a los poderes económicos globales, al tiempo que la quiebra del viejo núcleo de creencias compartidas por la totalidad social ha ido forzando a los individuos a buscar soluciones privadas a los problemas públicos, generando ese nuevo territorio de lo que Bauman llama “políticas de la vida”, donde florecen alianzas tenues e intercambios fugaces.Disueltos los nexos entre elecciones personales y acciones colectivas, el espacio de la modernidad se fluidifica y vuelve inestable. La liquidez de la modernidad es resultado, así pues, de su privatización y es por este motivo por lo que Bauman analiza la especial fragilidad que revisten hoy día los vínculos humanos como un caso destacado de la lógica del consumo que rige esta sociedad.Ello, unido a la ya mencionada fragmentariedad del discurso, puede desorientar un tanto al lector no familiarizado con la obra de Bauman, quien en el primer capítulo inscribe sus reflexiones en una larga y venerable tradición, que, de Platón a Freud, ha indagado en la naturaleza última del amor. Muchas de las apreciaciones de ese primer capítulo parecen oponer a las “relaciones de bolsillo” de nuestro tiempo (relaciones que uno se guarda sin cultivarlas a diario, sólo para sacarlas cuando hace falta), con inequívoco tono de reproche, un modelo de amor “eterno” algo trasnochado. Conviene no olvidar, sin embargo, que el objetivo final de Bauman es dilucidar cómo la urgencia consumista, al permear todas las esferas de nuestra existencia, distorsiona igualmente el terreno de los afectos, forzándonos a pensar las relaciones en términos de costos y beneficios. Quiere inspirar una ética responsable y solidaria, sin que el suyo sea el discurso de un moralista escandalizado por la promiscuidad actual. Precisamente el hecho de haber intentado afinar la esquemática distinción entre modernidad y postmodernidad nos advierte de que Bauman es consciente de que la crisis y fluidificación de las relaciones afectivas es un fenómeno experimentado desde la primera modernidad. Tal fue ya, por remontarnos a un ejemplo destacado, el tema de la gran novela de Goethe, Las afinidades electivas, que exploró cómo la extraña química del deseo impulsaba a algunas parejas a disolver sus otrora firmes lazos amorosos y a entablar nuevas relaciones. El trágico desenlace de los personajes arrebatados por la pasión era una advertencia del gran poeta del clasicismo alemán para que el individuo se contuviera en los límites de una personalidad armoniosa, con una identidad centrada en sus compromisos sociales y profesionales, tal como luego teorizara Max Weber en La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Hoy, en cambio, la ética del trabajo y la fidelidad a la profesión han sido reemplazadas por una estética del consumo y su diversidad de ofertas (comerciales, laborales, sentimentales). Esto es verdaderamente lo que preocupa a Bauman: lo que se esconde tras tanta fluidez e inconstancia. No el que nuestros deseos fluctúen o el que vivamos varias historias de amor, sino más bien el que todas esas vidas e historias posean el carácter de simulacros, de “vidas desperdiciadas” también, al fin y al cabo como las de otros parias de la modernidad, porque en ningún caso estamos dispuestos a asumir un compromiso duradero. Aquí radica el punto doliente de los amores líquidos del presente, en el hecho de que el arte de romper las relaciones y salir ileso de ellas supere ampliamente al arte de componer las relaciones, según se aprecia en las páginas de tantas revistas del corazón o en las recetas de tantos gabinetes de autoayuda, que nos adiestran sobre el nuevo espíritu de los vínculos afectivos. Simplemente se trata de aprender a preservarnos, como consumidores de otros que no quieren gastarse a sí mismos. El auge de esos consultorios para la vida feliz –tema sobre el que también acaba de publicar un libro excelente Francisco Vázquez García (Tras la autoestima. Variaciones sobre el yo expresivo en la modernidad tardía), la fascinación por los contactos a distancia que permiten las nuevas tecnologías o la obsesión por la fama inmediata de los más celebrados concursos televisivos (que destilan un único mensaje: competir e imponerse al resto es la clave del éxito) son algunos ejemplos destacados de esta nueva sensibilidad. Mediante ellos, Bauman explica la importancia decisiva que hoy adopta el tema de las “relaciones”, así como la extrema ambivalencia y ansiedad con que nos enfrentamos a ellas. Con su habitual talento, buena pluma y agudeza crítica, Bauman ha escrito un nuevo capítulo de esa historia oculta de nuestra modernidad tardía, que Erich Fromm describió en términos de “miedo a la libertad”. Deudor del análisis de la sociedad disciplinaria de los frankfurtianos y Foucault, ha acertado a desenmascarar la rigidez que sigue latiendo en esta sociedad aparentemente tan flexible y le ha puesto nuevo, rotundo título: miedo al amor.
martes, 20 de noviembre de 2007
Esa es tu pena de Olga Orozco
Esa es tu pena.
Tiene la forma de un cristal de nieve que no podría existir si no existieras
y el perfume del viento que acarició el plumaje de los amaneceres que no vuelven.
Colócala a la altura de tus ojos
y mira cómo irradia con un fulgor azul de fondo de leyenda,
o rojizo, como vitral de insomnio ensangrentado por el adiós de los amantes,
o dorado, semejante a un letárgico brebaje que sorbieron los ángeles.
Si observas al trasluz verás pasar el mundo rodando en una lágrima.
Al respirar exhala la preciosa nostalgia que te envuelve,un vaho entretejido de perdón y lamentos que te convierte en reina del reverso del cielo.
Cuando la soplas crece como si devorara la íntima sustancia de una llama
y se retrae como ciertas flores si las roza cualquier sombra extranjera.
No la dejes caer ni la sometas al hambre ni al veneno;
sólo conseguirías la multiplicación, un erial, la bastarda maleza en vez de olvido.
Porque tu pena es única, indeleble y tiñe de imposible cuanto miras.
No hallarás otra igual, aunque te internes bajo un sol cruel entre columnas rotas,
aunque te asuma el mármol a las puertas de un nuevo paraíso prometido.
No permitas entonces que a solas la disuelva la costumbre,
no la gastes con nadie.
Apriétala contra tu corazón igual que a una reliquia salvada del naufragio,
sepúltala en tu pecho hasta el final,
hasta la empuñadura.
domingo, 18 de noviembre de 2007
Haiku femenino. Hiramatsu Yoshiko.
Cortando la paja
Bajo estrellas marchitas
Mi guadaña golpea una tumba.
Si querés saber sobre haikus podés entrar acá .
viernes, 16 de noviembre de 2007
jueves, 15 de noviembre de 2007
miércoles, 14 de noviembre de 2007
¿quién se lleva la tristeza?
Se va el abrazo, queda la tristeza.
Se va el potencial lector, queda la tristeza.
Se va mi padre, queda mi tristeza.
Se va lo horrible, queda la tristeza.
Se va lo hermoso, queda la tristeza.
Se va el amor, queda la tristeza.
Se va el desamor, queda mi tristeza.
Se va el alcohol, queda la tristeza.
Se va el perfume, queda la tristeza.
Se va el tiempo, queda la tristeza.
Se va el que vuelve, queda mi tristeza.
Se va el ruido que me trae miedo, queda la tristeza.
Se va el ladrón, queda mi tristeza.
Se va Marsella, queda la tristeza.
Se va la luna, queda mi tristeza.
Se va mi alma, queda la tristeza.
Estoy cansada, en un sentido amplio.
sábado, 10 de noviembre de 2007
Crave de Sarah Kane.
Fragmento de Crave, obra de Sarah Kane.
Es así, sin comas, borbotón de palabras, sin puntos, sin respiro:
"quiero dormir a tu lado y hacerte las compras y cargarte las bolsas y decirte cuanto me gusta estar con vos pero me siguen obligando a hacer estupideces y quiero jugar a las escondidas y regalarte mi ropa y decirte cuanto me gustan tus zapatos y sentarme en el borde de la bañera mientras te das un baño y hacerte masajes en el cuello y darte besos en los pies y llevarte de la mano e irme con vos a cenar y que no me importe que comas de mi plato y encontrarme con vos en el Rudy’s y hablar del día y tipear tus cartas y llevar tus cajas y reírme de tus paranoias y regalarte discos que nunca escucharás y ver películas buenísimas y ver películas malas y quejarme del programa de radio y hacerte fotos mientras dormís y levantarme para prepararte café con tostadas y pancitos y salir con vos a tomar café al Florent en medio de la noche y dejar que me robes los cigarrillos y que nunca tengas fuego y contarte lo que vi en la tele la otra noche y acompañarte al oculista y no reírme de tus chistes y desearte por la mañana pero dejarte dormir un poco más y mientras darte besos en la espalda y acariciarte la piel y decirte cuanto me gusta tu pelo tus ojos tus labios tu cuello tu pecho tu culo
y sentarme a fumar en la escalera hasta que vuelva tu vecina y sentarme a fumar en la escalera hasta que vos vuelvas y preocuparme cuando te atrasás y asombrarme cuando te adelantás y regalarte girasoles e ir a tu fiesta y bailar hasta quedar negro y estar triste cuando me equivoque y feliz cuando me perdones y mirar tus fotos y desear haberte conocido desde siempre y tener mucho miedo cuando te enojes y se te ponga un ojo rojo y otro azul y el pelo hacia la izquierda y una cara de oriental y decirte estas preciosa y abrazarte cuando estés ansiosa y abrazarte más cuando sufras y desearte solo con olerte y abusarme al tocarte y gemir cuando esté a tu lado y gemir cuando no esté a tu lado y babear sobre tu pecho y envolverte toda la noche y sentir frío cuando me quites la manta y sentir calor cuando no lo hagas y derretirme cuando sonrías y desintegrarme cuando rías y no entender por qué creés que te estoy rechazando cuando no te estoy rechazando y preguntarme como podés pensar que yo sería capaz de rechazarte a vos y preguntarme quien sos pero aceptarte igual y contarte acerca del ángel del árbol del niño del bosque encantado que cruzó el océano porque te amaba y escribirte poemas y preguntarme porque no me creés y tener un sentimiento tan profundo que no encuentra palabras y querer comprarte un gatito y sentir celos de él cuando reciba más atención que yo y retenerte en la cama cuando te tengas que ir y llorar como un bebé cuando finalmente te vayas y vaciar los ceniceros y comprarte regalos que no quieras y llevármelos otra vez y pedirte que te cases conmigo y que me digas que no otra vez pero continuar pidiéndotelo porque aunque vos creas que no es en serio siempre fue en serio desde la primera vez y deambular por toda la ciudad pensando que sin vos está vacía y querer todo lo que querés y pensar que me estoy perdiendo a mí mismo y saber que con vos estoy a salvo y contarte de mí mismo lo peor e intentar darte lo mejor porque vos lo merecés y contestar tus preguntas cuando prefiera no hacerlo y decirte la verdad cuando en realidad no quiera e intentar ser honesto con vos porque vos lo preferís y pensar que todo se acabó pero aferrarme allí durante diez minutos más hasta que me eches fuera de tu vida y te olvides de quién soy e intentar acercarme a vos otra vez porque es hermoso aprender a conocerte y el esfuerzo vale la pena y hablarte mal en alemán y en peor hebreo y hacer el amor con vos a las tres de la madrugada y de alguna de alguna de alguna manera comunicarte algo de este amor arrasador abrumado incondicional omnipresente y sempiterno que libera la mente y enriquece el corazón este amor eterno y presente que siento por vos"
Cuerpo para Sarah Kane
El texto citado arriba puede verse y oírse en
los sábados a las 21 hs en No Avestruz
Humboldt 1857 - Capital Federal - Reservas: 4777-6956
crave /kreiv/ [del Inglés Antiguo crafian, implorar] v.t. 1. necesitar con urgencia, requerir 2. suplicar, implorar, pedir encarecidamente. 2. apetecer, anhelar, ansiar, desear vehementemente. ¾ ) sentir deseo vehemente (por), tener antojo (de), anhelar.
viernes, 9 de noviembre de 2007
Lo imborrable. Juan José Saer.
Tomatis, herido protagonista de la novela "Lo imborrable", relatando un amor pasado says:
"Es verdad que visto desde aquí de la orilla, el río en el que ayer estuve a punto de ahogarme es de una indiscutible belleza pero que me cuelguen con un gancho del prepucio y me hagan girar si en el resto de mi putísima vida vuelvo a meterme otra vez en el agua".
El prólogo de la novela reza: "Alma, inclínate sobre los cariños idos".
jueves, 8 de noviembre de 2007
Hebe Uhart
"Aquí estoy acomodando las plantas, para que no se estorben unas a otras,
ni tengan partes muertas, ni hormigas.
Me produce placer ver cómo crecen con tan poco;
son sensatas y se acomodan a sus recipientes,
si éstos son chicos, se achican, si tienen espacio, crecen más.
(...) En eso pienso cuando riego y trasplanto
y en las distintas formas de ser de las plantas:
tengo una que es resistente al sol, dura, como del desierto, que tomó para si sólo el verde necesario para sobrevivir;
después una hiedra grande, bonita, intrascendente,
que no tiene la menor pretensión de originalidad
porque se parece a cualquier hiedra que se puede comprar en todos lados,
con su verde tornasolado.
Pero tengo otra hiedra, de color verde uniforme, que se volvió chica;
ella parece decir: "Los tornasoles no son para mí";
ella responde creciendo muy lentamente, umbría y segura en su cautela.
Es la planta que más quiero; de vez en cuando la guío,
yo comprendo para dónde quiere ir
y ella entiende para dónde yo la quiero guiar. (...)"
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No se puede soportar tanta belleza.