Trajo al músico sin canción, al jardinero fugaz, al niño uno, al jinete plateado, al invitado a Marsella (el más peligroso, el que hubiese sanado algo de no haber sido defensor de los besos puntuales), al niño dos, al analista top ...
Con el corazón vendado y los ojos turbios miraba el viento mover las ramas, las ramas secas.
Con el corazón vendado.
Ahora vuelve tu brisa cálida, primaveral. Tu viento.
Escucho el silbido suave.
Bonito, claro. Otra vez bonito. Muy.
Pero me quedo en casa, no me quiero deshojar.
9 comentarios:
comparto que las ventiscas pueden llegar a ser molestosas. pero, de vez en cuando -MUY de vez en cuando- no viene nada mal alguna sacudida. como para renovar el follaje...
bello tu espacio, antiprímula. volveré.
Por supuesto, Gisofania! Y no tan de vez en cuando. (Lo que me agota son los huracanes, los que pasan y me vuelan el techo, y no dejan nada).
Gracias por su visita, vuelva cuando guste, será siempre bienvenida.
gracias por pasarte, sos mi testigo más lúcido.
o quizás, el menos callado.
mi beso
pd: me gusto lo de camus!
W: Lo segundo, sin duda. Cariños.
Mire estando en su casa, nada mejor que salir a sentir el viento. No se preocupe por un viento, las hojas que caen son las más débiles y/o enfermas
Ya no sos mi margarita ...
ahora te llaman Margot.
As: me gusta la idea de qué hojas que se pierden, mejora mi humor, gracias.
Livio: ¡No lo empeore! ¿Dice que rodé por mi culpa y que no fue inocentemente, a lo Margot? Mi respetuoso saludo.
Una piedra en el camino me enseño que mi destino era rodar y rodar.
Ya ve,todo está en las canciones.
Saludos a ras del piso.
L: Recibo su saludo con "la cabeza contra el suelo". Hasta pronto.
Publicar un comentario