Pero dignarme al derrumbe.
Hay algo que se esconde detrás de este fracaso,
acaso un modo de disponerse amablemente sobre la cama y sonreír
como si nada me perteneciera.
Y cuando digo nada: horadar mi rostro en vanas sábanas
Pero ella, arraigada a su antigua sumisión
su misión de ser mi poesía, mi escándalo.
¿Cuál es mi fracaso, mi sentido del terror?
¿Y su error, de permanecer anexada a mi tabla, a mi sexo?
Algo en mi piel me subyuga hasta el amaneramiento,
y mi sutileza radica en la violencia,
demasiado equilibrio en esta farsa naturaleza.
Soy el oprobio de nuestro propio pueblo,
vuelvo con decencia: en mi pueblo no sos la que reina:
Pero, es sólo el doble filo de mi alma: mi modo de amar es un cuchillo.
¡Hago catástrofes con tu cuerpo!
te he encerrado tantas veces en mis omnipotentes relámpagos,
y ahora pago por lo que elegí, por mi herejía,
porque te he erigido: siempre.
Desmoronarme, asombrarte en mis escombros:
pero algo me impide sonreírte vulnerable,
Anochece demasiado rápido,
para no pasar por pausa caí débil, inmaduro;
para no pasar por cursi seguiré hiriéndote.
Soy un tren miserable que se arrastra sin gente:
no soy la gente, no soy el mundo, ando a contrarumbos
como monstruo en su escondite,
más solo que perro muerto al costado de la ruta,
que paloma vieja arriesgando su carne en el tacho.
¡Pero desperdiciar mi basura contigo!
Sigo extrañándote aunque estés cerca.
Alguien en mí se ensancha y te busca, te espía detrás de la cortina
pero yo soy la cortina y no la podrá correr:
fui siempre la madre que se inmuta, el padre abandonado:
la deuda del hijo, el tajo en el cuello de mis pobres vampiros.
Una noche sin secuelas,
dada la crueldad de mi encorvo
la mañana se cuela dudosa por mi espalda,
y tu ausencia - pero tan cerca - me arrastra por la cama.
Por la sola razón de que soy,
seguiré siendo el esclavo de "cada cual a lo suyo",
seguiré muriendo en y por la boca del otro.
Porque soy otro que no se reconoce, que no te reconoce.
Tengo los ojos hechos sótanos
y mi alma es una vieja enferma en su cuarto más oscuro,
Y estoy solísimo y algo en mí te solicita, te idealiza.
Escribir hoy es difícil,
cada vez caigo más hondo en mi abecedario :
Pero algo merece ser matado en la hoja.
Y este alud de conversiones anónimas
en las que tropiezo sin ser visto,
Y este pretexto de belleza para no pasar por muerte
me deja cada vez más noche, más sombrío
y lluevo por cada techo,
y cada vez con más sabor a humedad, a vapor.
Mi realidad está yendo a parar atrás.
***
de mi querido Jorge Agustín Romero, que escribe así y lo podés leer acá.
7 comentarios:
Los ojos-sótanos pueden ser promesa de bodegas con excelentes vinos.
Y los buenos vinos tienden, indefectiblemente, a crear puentes y pistas de baile.
Celebro tu buen humor, contagia, beso grande.
Marina es AP, que comentó desde la cuenta de ¿Quién se atreverá a condenarme?.
No señor, no es esquizofrenia.
(Hasta el momento.)
"Y este alud de conversiones anónimas en las que tropiezo sin ser visto, Y este pretexto de belleza para no pasar por muerte me deja cada vez más noche, más sombrío y lluevo por cada techo"... impecable catastrofe que cuando es dicha es mas bella.
Gracias por compartir esto tambien.
Coni: Todo comentario halagûeño es derivado a su autor.
no hay pero traicion que traicionarse asi mismo.
a mí me han pasado cosas en esas imágenes...hoy, y es de mucho agradecer
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