“Entonces apareció mi mujer”.
La cantina estaba llena. Me quedé frente al micrófono con la boca abierta, sin poder cantar ni entender. La cantina estaba llena. No se puede responder. Cada uno tiene sus grietas. Es el cantor el que se pierde, pero.
**.
La estrangulé. La estrangulé con una corbata roja a pintas blancas. Después la poseyí.
¡Los costosas que han sido estas nupcias!
Yo por mí no hubiera matado, fue por los otros. La portera pretendió prohibirme la entrada a mi propia casa, cosas que a mí me pasan. Luchamos junto al ascensor. No quería dejarme entrar a mi propia casa. Echado de mi casa, expulsado hasta la desolada esquina opuesta, pensé, llegué a pensarlo: si me echa no vuelvo nunca más.
***
Cuando tenga una casita blanca, completa-blanca, juro que no la mancharé de sangre. Me cuidaré bien de hacerlo. Será una casita blanca perfecta sobre una loma verde y yo. Yo no asesinaré a nadie ahí. Salvo algún descuido o desliz. A nadie ahí asesinaré. Pero ya dije que no mataré nunca más a nadie. Matar es un disgusto. No mataré entonces en la casita blanca como la leche. Allí no habrá ninguna salpicadura de sangre, ningún huesito con la huella de mis dientes. Ni la gillete estará oxidada por causa oscura, ni nadie me vendrá con frases de cordel, el cordón de la cortina, la corbata. Cortar. Ni la frase ni el calibre de la frase. Tirale bajo, a las piernas no más alto. No haré nada malo allí. Matar. Por favor. No mataré a nadie más nunca más. Aunque no me den esa casita blanca. Puede ser simplemente un techo, aislado, desplazable, un sombrero, sí, un pedazo de poste común para apoyar la espalda. No. No mataré a nadie más.
Concha. A los que aman, a los locos y a los asesinos, yo digo, yo les enseñaría a andar amando. Dádmelos. Sí. No mataré a nadie más, me cortaré las manos antes de hacerlo. No voy a matar a ningún niño más por tentador que sea su cuerpiño: a ningún niño. Matar es un disgusto. ¡Matar, matar, matar es un disgusto!
La ciudad no es cruel. Sólo un imbécil puede quejarse de una ciudad organizada. Todo está perfecto. Quiero estar solo en la casita blanca. Que no me dejen a nadie para no caer en la tentación.
12 comentarios:
Leer Lamborghini es como escuchar a los Sex pistols. Besos.
Jé. ¡Sid, Die! Buena comparación la tuya.
Dejo un video, es medio vejete pero lo miro de vez en cuando:
http://www.youtube.com/watch?v=aLC3uT3aCoE
(No abandonarlo antes del final).
PASAN LOS AÑOS PERO GUARDÁS TU ESPÍRITU PUNK, ANTIPRIMULA NOW.
Un costadito punk diría, los años también me trajeron a Liliana Herrero y a Goran Bregóvic, por ejemplos. Abrazos now&later.
Pero qué lindo texto! Enorme, la verdad, me encantó.
Lo anduve googleando y nada. Es parte de algún libro¿? La verdad de Lamborghini no tengo mucha idea...
Saludos
Hola apuntes. Lamentablemente casi nadie tiene mucha idea de Lamborghini. El texto citado está en Novelas y cuentos, Ediciones del Serbal, Tío B., del capítulo IV "La vuelta". (Esta transcripción tiene alteraciones, fue "tocado" para ser dicho. El original es literariamente bastante más complejo). Saludos.
Yo no tenia idea de Lamborghini. Le hecharé un vistazo.
Gracias Aprimula
Hola Andseo. No sé si después de leer "El niño proletario", por ejemplo, me seguirás agradeciendo. (Anda por internte eso de Osvaldo Lamborghini). Es violento, feroz, pero de altísima calidad literaria, según mi humilde entender. Con el libro podés leer unos párrafos y cerrarlo para respirar antes de continuarlo, con la pantalla, no sé, vos verás. Besos. (Bajo la luna joyesca).
Dentro de una casita blanca, sólito, para que no vuelva a matar, a necesitar matar, blanco totalmente tranquilo.
G: En paz, sí. Un beso.
Hola antiprímula, gracias por el dato. De casualidad me encontré con una nota sobre Lamborghini publicada en una eñe vieja. Por si le interesa,(y si es que ya no lo sabe) le paso el dato: la nota adelanta la publicación de la biografía de Lamborghini, al parecer bastante larga, más de mil páginas, y en marzo de 2008. De un tal Strafacce. Al parecer era un enfermo casi acomplejizado por Puig.
Voy a intentar conseguir éste libro que usted me pasó los datos. Otra vez la odisea de conseguir libros de autores argentinos no difundidos. (AAND). Es una pena que queden para un pequeño círculo, como, a mi entender, (y al de varios, muchos más entendidos que yo), le pasó al gran Marechal.
Saludos!
AyN: Y sí, la fama puede ser una conjunción de arbitrariedades.
Estaré atenta a esa biografía, aunque siendo sincera y tratándose de escritores me intereso más en sus escritos que en sus vidas. (Prefiero las vidas de los que tengo cerca, incluso para leerles lo que escribieron bien otros). Un saludo cordial.
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